El nuevo Honda CR-Z es toda una maravilla del fabricante nipón, su primer y auténtico híbrido de cara al mercado internacional, y que quiere llegar a lo más alto.
Para conseguir los mejores beneficios posibles la solución es clara: crear el mejor producto, que simplifique en una imagen todo el potencia de la marca y la tecnología punta de la misma. Y eso, el CR-Z parece que lo consigue.
¿Cómo lo han conseguido? Desde Honda han reconocido que a la hora de desarrollarlo, condujeron muchos coches, y que utilizaron como metas y objetivos a analizar y competir el MINI, también el Volkswagen Scirocco y, ¡sorpresa! También el mismísimo Lotus Elise.
Como recordatorio, el CR-Z de producción monta un 1.5 litros i-VTEC, que da una potencia total de 122 caballos, además del motor eléctrico.
Vía: eGM