La llegada de estas navidades ha dejado a más de uno regalos muy interesantes. No podemos decir que todos los avistamientos de estos días (Mercedes Clase C, BMW M3 y ahora su homónimo coupé) tenga que ver con regalos navideños, pero al menos sí que es un regalo para la vista. En esta ocasión, es la primera vez que podemos ver en la calle una unidad de producción (o casi) del BMW M4 Coupé.
Está claro que la expectación que causa el dos puertas es mucho mayor que el auge del cuatro puertas, y es comprensible. Mientras que el M3 tiene ya críticas positivas y negativas en cuanto a su aspecto, el M4 Coupé pone una sonrisa a todos. Bestial y temeroso, nadie duda a estas alturas acerca del enorme trabajo que han hecho los de Múnich. Ahora bien, ¿qué es lo siguiente que nos espera?
Un paso adelante muy importante
No podemos decir que estamos ante una unidad lista para ser comercializada, sino más bien un prototipo destinado a llevar a cabo pruebas finales y de menor importancia (más bien retoques). Esto confirma las llantas del M3 E46 en el eje delantero, por ejemplo. Lo que no cambiará en ningún caso es la aerodinámica o el aspecto con el que debutará en el Salón del Automóvil de Detroit, junto con el M3, y con una puesta en el mercado europeo a tan sólo unos meses.
La importancia que tienen tanto el M3 como el M4 Coupé es tremenda. No porque estemos técnicamente ante el primer M4 (seguirá siendo un M3 dos puertas, de toda la vida), sino porque marca la vuelta a los 6 cilindros en línea, algo que no veíamos desde el E46. Esto no ocurre porque el anterior M3 fuese un error (no olvidemos que montaba un V8 de sólo 215 kilos de peso), sino más bien por un cambio en la filosofía bávara en la búsqueda del mejor equilibrio posible entre prestaciones, sensaciones y consumos. Un 6 cilindros en línea TwinPower de 3.0 litros, 431 caballos de potencia y 550 nm de par, será el motor que haga latir nuestro corazón en cuanto lo tengamos cerca. ¿Quién se lo va a perder?
