Mazda por fin hace oficial el esperado lavado de cara del RX-8, que es bastante similar al de la variante RX-8 RS que se presentó en el salón de Tokio. Como suele ocurrir en los lavados de cara, los cambios no son significantes, destacando alguna mejora estética (apreciable en mayor medida en su parte frontal), así como algunas ligeras modificaciones en el apartado mecánico con el fin de mantenerlo fresco también en este aspecto, aunque poca falta le hace.
Volviendo un poco al tema de los cambios exteriores, de su exterior poco más podemos destacar además de los nuevos grupos ópticos delanteros y traseros, bastante acertados bajo mi punto de vista, que le dotan de algo más de frescura. Además, nuevos tubos de escape, paragolpes y entradas de aire completan la remodelación exterior. En su interior, también ha habido cambios, siendo uno de los más destacables, el nuevo volante, así como un ligero cambio de aspecto en la consola central.
Pasando ahora a hablar del aspecto mecánico, destacar su motor RENESIS de 232 CV que va asociado a un cambio manual de 6 marchas. En el caso de que se lleve el cambio automático con levas en el volante, la potencia pasa a ser de 212 CV. Destacar también en el aspecto mecánico, las mejoras realizadas con el fin de mejorar su rigidez, contando ahora con una nueva suspensión y una nueva barra de refuerzo frontal.
En el caso de que se adquiera el paquete opcional R3, este añade elementos como alerón trasero, faros antiniebla, llantas de 19 pulgadas, imponentes asientos Recaro, equipo de sonido Bose de 300 watt, manos libres Bluetooth, muelles Bilstein, entre otros.
Vía: Autoblog.com y Mazda
Aunque haya sido un leve reestyling, tengo que decir que me da un aspecto más nipon. Me gusta, sobre todo igual que en la foto.