El Mercedes S 65 AMG Coupé será la punta del iceberg. Un coche que para muchos sería innecesario, pero que aún así llegará al mercado y lo hará destrozando todas las expectativas que tuviésemos acerca del mismo. Será bestial, brutal… y es que aunque el down-sizing está de moda, aún hay sitio para barbaries como esta.
Ahora que el S 63 AMG está en el mercado. pensar en un debut cercano al próximo verano por parte del S 65 es un razonamiento lógico. La idea es sencilla: tomar como inspiración y base el S 65 AMG berlina, y portar el mismo V12 de 6.0 litros para dar como resultado, una potencia neta superior a los 630 caballos y los 1.000 nm de par.
¿Tendrá rivales?
A simple vista sí, pero jugarán en una liga muy selecta. Hablamos de coupés de muy alto calibre como el Bentley Continental GT Speed, por ejemplo. Grandes de dos puertas con una potencia que supera de forma clara los 600 caballos, y que deja atrás a otros como el BMW M6. Dicho de esta manera, no me sorprende en parte que los de Múnich estén pensando en un hipotético BMW Serie 9 y más concretamente, un M9. Hay mercado para ello.
A priori, las cifras del S 65 AMG no superan las de deportivos de pura cepa, ya que ofrece una aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en 4.3 segundos, una velocidad punta limitada de manera electrónica a 250 km/h… pero no nos engañemos. Un Mercedes-Benz de dos puertas con este tamaño y doce cilindros en el capó, ¿qué más se puede pedir?