Esta semana ha pasado por nuestro garaje de pruebas uno de los coches más populares del mercado, el Citroën C4. Un modelo bien conocido por nuestras carreteras, con el que la marca francesa ha conseguido conquistar el segmento de los compactos.
La segunda y actual generación, está llegando al ecuador de su vida comercial, las unidades vendidas se cuentan por decenas de miles, y tiene el honor de ser ??contando todas sus versiones-, el modelo más vendido en nuestro país en el año 2013. Además, para la prueba hemos contado con la motorización más demandada por los compradores, la diésel e-HDI de 115 CV.
Con respecto a la primera generación, también muy exitosa, el nuevo C4 muestra la madurez de aquél que ha sabido aprender de sus errores y explotar sus virtudes. El modelo actual apuesta por lo seguro, con un diseño moderno, materiales de calidad y unas posibilidades de equipamiento de primer nivel.
La unidad de pruebas pertenece al acabado Exclusive; el más equipado -y caro- de la gama, que cuenta con una interminable lista de elementos de confort, seguridad y diseño, y que resulta ideal para poner a prueba todas las opciones que conforman en la actualidad el catálogo del Citroën C4.
Su lista de rivales es tan amplia que sería imposible enumerarlos en unas líneas. El de los compactos es un segmento muy disputado, donde prácticamente todos los fabricantes tienen presencia, y que ha provocado que en la actualidad se cuide a este segmento con equipamientos propios de vehículos superiores.
A lo largo de la prueba ??dividida en dos partes- iremos desgranando las claves que han convertido al C4 en todo un superventas. En esta primera entrega abordaremos aspectos como el diseño, el habitáculo y la mecánica.
Diseño
Pese a los años que han pasado desde su presentación, el Citroën C4 sigue teniendo un aspecto bastante moderno, acorde al actual lenguaje de diseño de la marca. Sus líneas se esculpieron pensando en la máxima habitabilidad, prescindiendo así de formas deportivas o extravagantes. Esta decisión le restó atractivo entre el público más joven, que por otro lado no tardó en encontrar esa deportividad de mano del DS4.
Sus dimensiones son 4,33 metros de largo, 1,79 metros de ancho, 1,49 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,60 metros.
La parte delantera combina con buen gusto una gran parrilla negra de diseño horizontal, con varios cromados dispuestos en la zona de los faros antiniebla, alrededor de la propia parrilla y en el logotipo de Citroën, que se funde con las líneas horizontales de la calandra.
Nuestra unidad equipaba unas ópticas bi-xenón en las que desentonaban bastante unas luces diurnas con bombilla convencional, en vez de apostar por la estética que ofrecen las de tipo LED.
Viajando por su silueta, nos encontramos con una vista lateral que confirma lo dicho sobre su búsqueda del habitáculo ideal, con unas formas redondeadas y una carrocería alta. La guinda la pone un juego de llantas de 18 pulgadas y diseño ??Newport? que le sientan como un guante.
En la zaga, el portón ligeramente inclinado se convertirá, una vez abierto, en una excelente boca de carga para el maletero. Los pilotos tienen un diseño característico, que acapara la mayor parte del protagonismo de una parte trasera, que también cuenta con detalles como un alerón de color negro brillante y un añadido cromado colocado a lo largo del difusor.
Habitáculo
El salto cualitativo con respecto a la anterior generación es más que evidente, tanto en ajustes como en materiales, sobre todo en este nivel de equipamiento, que nos recibe con una exquisita tapicería de cuero de color negro, y un asiento de conductor con reglajes eléctricos, calefacción, memoria y función masaje, toda una gozada.
El puesto de conducción es cómodo, y todos los elementos están a mano, y nunca mejor dicho, porque el volante cuenta con una gran cantidad de botones -demasiados para mi gusto-, con los que controlar la mayoría de funciones del coche. En la consola central más de lo mismo, bastantes botones que controlan de una forma poco intuitiva una pantalla central que carece de función táctil, lo que hace que ciertas acciones, como introducir una dirección en el navegador sean muy engorrosas.
La información para el conductor se plasma en un cuadro de instrumentos dividido en tres esferas, que permiten la opción de escoger entre varios colores para su visualización. La información es clara y de fácil lectura, con la pega de que de día reflejan demasiado el sol.
Hay suficientes huecos en el habitáculo como para poder guardar todos nuestros objetos, y bajo el reposabrazos hay otro amplio espacio que cuenta con una útil toma de 230V. En la versión Executive, también contaremos con un equipo de audio firmado por DENON, que ofrece una calidad de sonido excelente.
En la parte de atrás, los ocupantes se encontrarán con un espacio algo justo para las rodillas, y en caso de que sean tres, el de la plaza central no contará con suficiente anchura, y tendrá que apoyar los pies a los lados del túnel central. Eso sí, las plazas traseras son el espacio ideal para disfrutar del techo panorámico de 1,3 m2, que aporta al C4 una gran luminosidad y sensación de amplitud, a costa de perder algún que otro centímetro de altura para los ocupantes.
El maletero cubica 408 litros de capacidad ??alguno menos si se incluye el subwoofer del sistema DENON-, muy aprovechables gracias a unas formas regulares, y a una boca de carga que, como hemos dicho antes, facilita enormemente la introducción de objetos voluminosos. Además, cuenta con un detalle que me ha gustado mucho, ya que la luz de cortesía del maletero puede extraerse de su emplazamiento y convertirse en una linterna portátil, una buena idea.
Mecánica
La unidad probada contaba con la conocida mecánica diésel e-HDI de 4 cilindros y 1,6 litros que monta buena parte de la gama Citroën. En este caso ofrece una potencia de 115 CV, y un Par motor de 285 Nm a 1750 RPM. La potencia es llevada a las ruedas delanteras a través de una transmisión manual de seis velocidades. La palanca de cambios tiene unos recorridos precisos, pero con un tacto demasiado duro que no es agradable en trayectos urbanos.
La ??e? de e-HDI hace referencia a una evolución del propulsor que lo hace más eficiente, gracias a un sistema de start&stop afinado para que las paradas y arranque constantes del motor se hagan de forma imperceptible para el conductor. Para ello sustituye el motor de arranque convencional por un alternador que asume sus funciones, y el resultado es bastante bueno.
Homologa un consumo medio de 3,7 litros a los 100, una cifra excelente, que unida a un depósito de 60 litros, da como resultado una autonomía teórica de más de 1500 kilómetros. En la segunda parte de la prueba analizaremos sus consumos para ver en que se convierte haciendo un uso realista del coche. A nivel de prestaciones, es capaz de acelerar de 0 a 100 en 11,2 segundos, y alcanza una velocidad máxima de 190 KM/H.
Para las suspensiones se ha optado por una configuración de tipo McPherson para el eje delantero, dejando la trasera en manos de un eje torsional, que sin duda condicionará el comportamiento de este compacto. El equipo de frenado incluye discos en las cuatro ruedas, ventilados en el eje delantero.
En la segunda parte de la prueba analizaremos las distintas versiones con las que se puede configurar el Citroën C4, junto con sus respectivos equipamientos y precios. No faltará la prueba dinámica donde te trasladaremos las sensaciones al volante de este superventas.
Fotos: |Catt|