Tras su lanzamiento hace tan solo unos meses, teníamos muchas ganas en la redacción de MotorAdictos de probar la nueva joya de Mazda, y ese momento no se ha hecho esperar. El nuevo Mazda 3 ha irrumpido en nuestro mercado con una receta que lo convierte en uno de los compactos más atractivos del panorama automovilístico actual.
La nueva generación actualiza su estética para adecuarse al nuevo estilo de la marca, y ha aumentado todas sus cotas ??excepto la altura, que disminuye- para lograr una mejor habitabilidad, a la vez que aumenta sus capacidades dinámicas.
En el aspecto de motores, Mazda ha decidido romper con lo establecido, dejar de lado la moda de la turboalimentación, y optar por una gama totalmente atmosférica, que tiene en su primer escalón la versión que hemos podido probar, de 1,5 litros y 100 CV de potencia. Por encima se sitúan las versiones de dos litros de 120 y 165 CV, y la diésel de 2,2 litros y 150 CV.
A lo largo de la prueba, dividida en dos partes, iremos analizando todos los aspectos que convierten a este Mazda 3 en un serio competidor para el segmento de los compactos. En esta primera entrega es el turno del diseño, el habitáculo y la mecánica.
Diseño
Lo primero que hay que tener en cuenta es que es un modelo bastante grande, mucho más de lo que pueda parecer visto en fotos. El aumento de tamaño con respecto a su antecesor, lo deja con unas dimensiones de 4,46 metros de largo, 1,79 metros de ancho y 1,45 metros de alto. Para que os hagáis una idea, un BMW Serie 1 mide 4,32 metros de largo, y un Seat León 4,27 metros.
Nada más verlo, resulta evidente la incorporación del lenguaje de diseño ??kodo?, que Mazda ha ido implementando en sus últimos lanzamientos. Es muy atractivo, aunque deja de lado la personalidad propia de los modelos, y apuesta por una unificación de estilos que hace que sean demasiado parecidos entre ellos, hasta el punto de que el ojo poco entrenado puede llegar a confundir el Mazda 3 SportSedán con el Mazda 6.
En el frontal vemos una parrilla en forma de triángulo invertido y diseño horizontal, cuyas ??alas? cromadas van a confluir con las ópticas delanteras, de diseño rasgado. Bajo la parrilla, una pequeña toma de aire, a cuyos lados se encuentran las luces intermitentes y antiniebla. El diseño de la parte delantera es sencillo pero atractivo, unas cualidades que se hacen extensivas al resto de la carrocería.
Dos nervaduras son las que nacen en la parte delantera del capó; una se funde con el primero de los pilares y toma una línea ascendente, mientras que la más exterior servirá para trazar el diseño lateral, que tras varias ondulaciones terminará su camino en los pilotos traseros.
En la parte baja de las puertas ??no existe versión de tres puertas- han trazado una línea ascendente, que aporta al conjunto dinamismo y deportividad. En nuestra versión -Style- incorpora llantas de aleación de 16 pulgadas en neumáticos 205/60. La distancia entre ejes es de 2,70 metros.
La zaga comienza en una luneta con bastante inclinación, que transportan la línea del Mazda hasta unos pilotos bastante abultados. El Paragolpes es alto, y la mayor parte de su superficie está ocupada por un difusor de color negro. La ubicación de los sensores de aparcamiento no es óptima, ya que los centrales quedan en una posición demasiado elevada, y no son capaces de detectar obstáculos de poca altura.
Habitáculo
El habitáculo presenta una clara mejoría con respecto al Mazda 3 de anterior generación, ya que da un importante salto cualitativo en diseño, materiales y ajustes. Todos sus controles se han simplificado, suprimiendo buena parte de los botones de la consola y consiguiendo un aspecto mucho más limpio y elegante.
El puesto de conducción es excelente, empezando por unos asientos que recogen muy bien el cuerpo y permiten una postura muy deportiva. El volante tiene un tamaño y tacto perfectos, e incluye mandos para el control del sonido, ordenador de a bordo, teléfono y control de crucero. El cuadro de instrumentos es atractivo y de fácil lectura, con una esfera central que indica la velocidad de forma analógica, a cuyos lados se sitúan un cuentarevoluciones digital y la pantalla del ordenador de a bordo.
El tacto general de todos los mandos y botones transmite una gran sensación de calidad, algo a lo que Mazda lleva tiempo prestando atención. El salpicadero está coronado por una pantalla táctil de 7 pulgadas, que ofrece toda la información del sistema multimedia ??MZD Connect?. Cuando el coche está en movimiento, el sistema se controla desde el ??HMI Commander?, situado entre los asientos delanteros, que permiten un manejo fácil y preciso de todas las funciones.
El sistema multimedia me ha dejado un gran sabor de boca, empezando por lo atractivo de sus menús, que hacen muy fácil la transición entre las distintas pantallas que manejan todas sus funciones. Mención especial merece el sistema de navegación, sin duda uno de los mejores que he tenido ocasión de probar.
Las plazas traseras son cómodas tanto por espacio para las rodillas como para la cabeza, aunque la anchura de la banqueta sea insuficiente para albergar a tres adultos con comodidad. El respaldo de la plaza central se convierte en un cómodo reposabrazos que incluye dos posavasos.
El maletero cubica 364 litros. No es de los más grandes de su segmento, pero ofrece un gran espacio para el equipaje y con unas formas que lo hacen muy aprovechable. La boca de carga es muy amplia, aunque el diseño del coche hace que su posición sea algo elevada.
Mecánica
Hemos probado el propulsor que da acceso a la gama del Mazda 3, que no es otro que el bloque gasolina ??SkyActiv-G- de 1,5 litros, cuatro cilindros en línea y 100 CV a 6000 RPM. Su Par motor queda fijado en 150 Nm a 4000 RPM.
Es un bloque ligero y compacto, que destaca por su suavidad de marcha y su funcionamiento silencioso. Ha sido optimizado para reducir significativamente el consumo de los anteriores motores con la misma cilindrada, y cumple con la normativa de emisiones Euro V.
La potencia es llevada hasta las ruedas delanteras a través de una caja de cambios manual de seis velocidades. Cuenta con sistema stop&start, que Mazda denomina ??i-stop?, y tiene un consumo medio de combustible homologado de 5,1 litros cada 100 kilómetros.
En cifras, la mecánica se traduce en una aceleración de 0 a 100 KM/H en 10,8 segundos, y una velocidad máxima de 182 KM/H.
El tacto que proporciona la caja de cambios es excelente, con un funcionamiento preciso y unas transiciones entre marchas que me han hecho olvidar por un momento las bondades de las cajas automáticas. Misma calificación se merece el sistema de parada y arranque, que ha sido pulido para trabajar de forma totalmente imperceptible para los ocupantes.
La segunda parte de la prueba tendrá un apartado dedicado al análisis del comportamiento de toda la mecánica, pero ya os voy adelantando que el motor de 100 CV, pese a ser agradable y voluntarioso, no está a la altura ??en términos de potencia- del magnífico chasis del Mazda 3.
Para las suspensiones, se ha optado por un sistema independiente para cada rueda, que da como resultado un comportamiento intachable, a la altura de modelos que siempre han destacado por su manejo. Los frenos son de disco en las cuatro ruedas, ventilados los del eje delantero.
En la segunda parte de la prueba analizaremos ??además de su comportamiento-, los distintos niveles de equipamiento con sus respectivos precios de venta, y te ofreceremos una extensa galería fotográfica para que puedas apreciar todos los detalles de este gran compacto.
Enlace: segunda parte de la prueba (equipamiento, comportamiento, conclusión)
Fotos: |Catt|