Era evidente que tarde o temprano los americanos iban a tener que dejar los Big Block a un lado y empezar a pensar más como los europeos, y aunque esta tendencia ya es demostrable desde hace tiempo, parece que desde tan sólo unas semanas podemos tenerlo más que asegurado.
Una gran prueba de ello es, sin ir más lejos, este prototipo de pruebas. Se trata de un Buick LaCrosse, y bajo el capó se esconde un 4 cilindros de supuestamente 260 caballos. Nos imagimanos un 4 cilindros turboalimentado y apretado tal y como estamos acostumbrados en el viejo continente. El propio Bob Lutz ya comentó hace poco que es interesante ver en un coche tan grande, un motor tan pequeño y que a la vez es capaz de mover cada uno de los kilos del estadounidense.
Por supuesto, esta tendencia se irá extendiendo poco a poco en todos los estadounidenses, y quién sabe si en una década los V8 sólo son reservados para los más exclusivos.
Vía: Leftlane
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