En el frenético panorama actual, cada vez es más habitual encontrarnos con vehículos que mezclan conceptos de lo más dispares para dar como resultado un concepto novedoso y llamativo. En el caso que nos ocupa, el del Fiat 500L, la marca italiana siguió la estela del exitoso Countryman y decidió, al igual que Mini, incorporar la esencia de su benjamín y adaptarla a una carrocería más versátil y espaciosa.
La versión que probamos esta semana tiene el apellido ??Trekking?, que viene con una serie de elementos estéticos y funcionales que invitan a dejar de lado el asfalto y aventurarse a explorar otros terrenos. Un espíritu aventurero que casa perfectamente con la esencia original del 500, que se ha convertido en todo un icono del automovilismo.
A lo largo de esta prueba, dividida en dos partes, te haremos llegar todos los detalles de esta variante campera, que en nuestro caso iba asociada a la mecánica diésel Multijet de 105 CV. En esta primera entrega hablaremos del diseño, el habitáculo y la mecánica.
Diseño
El 500L Trekking se vale de la popular imagen del 500, debidamente modificada para adaptarse a las dimensiones de esta versión familiar. Personalmente es una combinación que no me termina de convencer, pero es precisamente esa estética retro-moderna la que anima a adquirir este vehículo a aquellos amantes del 500 que necesitan un espacio extra. Este vehículo ha sido claramente diseñado de dentro hacia afuera, y eso inevitablemente condiciona las formas finales de su carrocería.
Sus dimensiones son 4,27 metros de largo, 1,80 metros de ancho y 1,68 metros de ancho. Unas medidas que lo convierten en un vehículo muy habitable, donde destaca la gran altura del techo de la que se beneficiarán sus ocupantes. La distancia entre ejes es de 2,61 metros.
El frontal es la zona que guarda más similitudes con su hermano pequeño, con unas expresivas ópticas circulares que dotan a este modelo de una personalidad propia muy bien definida. El resto de luces se completan con otros faros unos centímetros por debajo, así como con las luces antiniebla, que toman una posición interior en una protección plástica de los bajos que nos da pistas sobre la vocación campera de este Crossover.
Esas protecciones se extienden hacia el lateral, donde las vemos bajo las puertas y en los arcos de las ruedas, que en este modelo dan cobijo a unas llantas de 17 pulgadas con neumáticos mixtos M+S de serie. Desde esta vista se aprecian las grandes superficies acristaladas, que llegan hasta el primero de los pilares para mejorar la visibilidad del conductor. Tanto el techo como las carcasas de los retrovisores van pintados en blanco, que contrasta a la perfección con el color verde de nuestra unidad. En esta versión, la suspensión está ligeramente elevada para mejorar sus cualidades fuera del asfalto.
La parte trasera, que se remata con un gran portón vertical, también reparte sus ópticas en dos filas de pilotos, e incluye una protección plástica de color gris, exclusiva de la versión Trekking.
Habitáculo
La carrocería de esta 500L, voluminosa y de formas cuadradas se ve recompensada en un habitáculo amplio y bien aprovechado que poco tiene que envidiar a otros de modelos de mayor tamaño. De puertas para adentro, este 500L conserva ese toque retro de la carrocería para ofrecer unos acabados desenfadados pero sin olvidar la funcionalidad.
El puesto de conducción está ligeramente elevado, y el cuerpo queda bien recogido en unos asientos que mezclan la tela con el cuero, y que en nuestra unidad incluían el ajuste lumbar eléctrico. El volante multifunción de cuero también combina dos colores a juego con los asientos, una pena que su ergonomía no sea la idónea, ya que a la altura donde se agarra es demasiado ancho y sin forma, lo que obliga a manejarlo con las manos demasiado abiertas.
El cuadro de instrumentos es de fácil lectura, y entre las esferas se encuentra un display monocromo que nos ofrece información relativa al ordenador de a bordo. En el centro del salpicadero se ubican los mandos para el climatizador automático -374 euros-, las tomas de USB y AUX y una pantalla táctil a color desde la que se manejan el resto de sistemas del vehículo. El sistema tiene unos menús claros e intuitivos, pero la pantalla es demasiado pequeña para poder usarse con comodidad.
En el lado del acompañante dispone de dos guanteras, la primera en la zona habitual más otra de dimensiones reducidas en la zona alta del salpicadero. La segunda fila de asientos es amplia y bien diseñada, ideal para ubicar a tres ocupantes, ya que el de la plaza central no tendrá que lidiar con el túnel central ya que el suelo es totalmente plano. Los asientos se pueden desplazar longitudinalmente para aumentar si es necesario la capacidad del maletero, y los respaldos de los asientos delanteros cuentan con unas cómodas bandejas plegables.
El volumen del maletero oscila entre los 412 y los 455 litros, dependiendo de la posición de la segunda fila de asientos, que también puede plegarse en una configuración de 60/40 para aumentar el espacio de carga hasta los 1.480 litros. Su generoso volumen está muy bien aprovechado gracias al sistema ??Cargo Magic Space? que no es otra cosa que una bandeja que se puede colocar en tres alturas diferentes para compartimentar el espacio a nuestro gusto.
Mecánica
El Fiat 500L Trekking se oferta con dos propulsores de gasolina -95 y 105 CV- y tres diésel -85, 105 y 120 CV-. Nosotros nos hemos puesto al volante de la versión intermedia de la gama diésel, un bloque de 1,6 litros y cuatro cilindros en línea turboalimentado que ofrece una cifra de Par de 320 Nm a 1.750 rpm y una potencia de 105 CV a 3.700 RPM.
La potencia se envía al eje delantero a través de una caja de cambios manual de seis velocidades. La palanca es precisa y los recorridos bien definidos, sin apenas holguras. Al tratarse de un vehículo de tracción delantera, utiliza un avanzado sistema de tracción ??Traction +- para mejorar la motricidad en terrenos comprometidos.
Con este motor, el 500L Trekking homologa un consumo medio en ciclo mixto de 4,7 litros a los 100, una cifra a priori muy atractiva para un coche de sus dimensiones que analizaremos a fondo en una prueba de uso realista en la segunda entrega de la prueba.
La suspensión es independiente de tipo McPherson en el eje delantero con barra estabilizadora, y deja el trasero en manos de un eje torsional. La dirección es eléctrica, y cuenta con el modo ??City? que aumenta la asistencia de una forma bastante acusada, ideal para aparcar y realizar maniobras a baja velocidad.
En la segunda parte de la prueba te mostraremos el equipamiento y precios que ofrece esta versión, así como su catálogo de extras. También analizaremos su comportamiento en una prueba de conducción de varios días en la que hemos podido comprobar las capacidades de este 500L sobre toda clase de superficies.
Enlace: segunda parte de la prueba (equipamiento, comportamiento, conclusión)