Una muerte anunciada, pero que ahora finalmente se materializa. Estamos hablando de los MINI Coupé y Roadster, los dos modelos biplaza de la firma británica que están basados en la anterior generación del modelo.
Ambos modelos llevan en estos momentos cuatro años de presencia en el mercado y supusieron toda una declaración de intenciones por parte de la marca, ya que el Roadster fue el primer descapotable biplaza en la marca, mientras que el Coupé también fue el primer biplaza. Una pérdida de versatilidad que se compensaba con una ganancia tácita en términos de exclusividad y otros atributos con los que no cuentan el resto de la gama.
Sin sustituto a la vista
Pero es evidente que con esos atributos iban a ser modelos de una aceptación comercial más bien escasa, hasta el punto de que con la tercera generación de los MINI con la llegada de las variantes tres y cinco puertas, BMW anunció sus planes de futuro entre los que no se encontraban estos dos modelos, ya que consideraban más razonable centrarse en las variantes estas antes que en modelo de nichos de mercado muy concretos. Aunque no parece que vayan a cerrar el grifo del todo ante este tipo de modelos, puesto que ya mostraron sus intenciones de cara al futuro con el MINI Superleggera Vision que debido a la acogida del prototipo dejando en el aire una posible llegada a producción.
Pues bien, ahora la firma bávara ha optado siguiendo su roadmap por dar por concluida la producción de los modelos, que se fabrican en la factoría que posee la marca en Oxford (Reino Unido). El Pacman correrá al misma suerte casi con toda probabilidad a lo largo de este año.
En lo que respecta al MINI Cabrio, sí, tendrá continuidad. Actualmente, el modelo que se comercializa toma como base la segunda generación, y su reemplazo sobre la base de la nueva generación está previsto y no debería tardar mucho en hacerse efectivo.
