Nissan tiene grandes planes de crecimiento a nivel mundial para el presente año. Y toda aquella marca que se marque un objetivo tan ambicioso como este, sus planes pasan también por una expansión en uno de los mercados automovilísticos más improtantes del panorama actual: el mercado asiático. Un rumbo que están tomando no sólo marcas europeas lanzando variantes o modelos pensados específicamente para aquel mercado, sino todo tipo de marcas.
Por ello, ha presentado el Nissan Lannia, un modelo de producción sobre la base del prototipo Friend-Me Concept que pudimos ver hace dos años también en el Salón de Shanghái y posteriormente evolucionado en un prototipo que ya recibía el nombre con el que se ha bautizado el modelo final.
Se trata de un modelo diseñado en el centro de diseño de Nissan en China y se trata de una berlina de tamaño medio enfocada principalmente a un público joven, situado en la franja de los 20 a los 30 años. Por ello, recurre a un diseño más dinámico, caracterizado por el frontal con la calandra delantera en forma de V y unos pilotos delanteros de grandes dimensiones que cuentan casi con la misma longitud que el capó delantero.
La vista de perfil resulta atípica y por qué no decirlo, mucho más difícil de digerir. Se apuesta por un pilar C de negro que conecta la ventana de las puertas traseras con la luneta trasera, en cualquier caso, no es la primera vez que vemos como Nissan apuesta por esta solución, pero ciertamente, en un coche de tres volúmenes como este le da un aspecto que lo acerca peligrosamente al de las berlinas de bajo coste donde por norma general no suelen tener especialmente bien resuelto el pilar C.
Su interior apuesta por una pantalla táctil de 7 pulgadas con un sistema de infoentretenimiento y algunas opciones de personalización como el salpicadero bitono que nos imaginamos que estará disponible en diversas tonalidades, además de algunos detalles como pespuntes a contraste en el tapizado o asientos deportivos.
Nissan Lannia
