Nissan tiene los RB (en especial el RB26DETT), Toyota los JZ (en especial el 2JZ-GTE)… y Audi tiene como uno de los motores más emblemáticos su cinco cilindros de 2.5 litros, gracias a sus amplias posibilidades de potenciación y fiabilidad.
En otro orden de cosas, una de las cunas del motor como es Reino Unido, es un lugar donde es habitual ver swaps (cambios de motor) de lo más variopintos, y en muchos casos aptos para circular de forma legal por la calle. En España por ejemplo, aunque nos empeñemos en realizar swaps, durante estos últimos años la legislación ha complicado mucho más el cambio de motores y resulta prácticamente más complejo y caro en muchos casos homologar el vehículo con el swap más que el propio swap en sí. Inaudito, ¿verdad?
Bueno, pues hoy te vamos a hablar de un Skoda Yeti, un modelo con una serie de cualidades muy concretas pero que en ningún caso ninguna de ellas son las prestaciones y deportividad, ¿verdad? Pues parece ser que una compañía británica bajo el nombre de «The TT Shop» no pensaba así. Tomando como base un Yeti pre-facelift le han plantado nada menos que un propulsor de 2.5 litros de cinco cilindros en línea procedente de un TT-RS -que ya de serie entrega 340 CV-, al que se le ha cambiado el turbo por un Loba LO500+ y una repro Stage 3 de Revo Performance dando como resultado una potencia total de 510 CV.
¿El resultado final? Un aunténtico matagigantes con la gracia adicional de que además se cataloga también como un excelente sleeper, ya que nadie se percatará de la potencia que llevas bajo el capó hasta que te pasa dicho Yeti arrancándote las pegatinas.
Vía: Autoevolution