¿Predecible? Viendo el camino que están tomando muchos fabricantes de deportivos podríamos decir que sí. Aquel prototipo anticipado en el pasado Salón de Ginebra bajo el nombre de Aston Martin DBX y que era un coupé de dos puertas con un sistema de propulsión eléctrica y con una altura sobreelevada era sólo un preludio de lo que estaba por llegar: la versión de producción de un SUV.
Y el encargado de confirmarlo ha sido el CEO de Aston Martin, Andy Palmer. Pero… ¿de dónde nace la necesidad de producirlo? si nos atenemos a sus declaraciones no lo han hecho por seguir un poco la corriente del resto de fabricantes coetáneos (Bentley, Rolls-Royce…) sino por la expectación suscitada entre sus clientes a raíz del prototipo.
Tras una inversión de capital recibida de 273 millones de euros, les posibilitará llevar a producción el DBX, además de la producción de otros vehículos de alta gama, logrando así de esta forma crear una de las gamas más amplias e interesantes de sus 102 años de historia (claro está, siempre en base a sus declaraciones).
Dado que acaban de tomar prácticamente la decisión, aún tendrán que pasar unos cuantos años hasta que lo veamos materializado, pero no cabe duda de que gracias principalmente a este producto, lograrán aumentar de forma considerable su producción anual, que es a fin de cuentas lo que le interesa a la gran mayoría de fabricantes.