Sorprende ver la aceptación que sigue teniendo a día de hoy -especialmente en países árabes- la Clase G, y más en especial, las variantes deportivas. Mansory ha elaborado una versión especial sobre la base del G63 AMG y que cuenta con una serie de detalles que lo hacen inconfundible frente al AMG convencional.
Uno de los detalles más llamativos y que pasa de todo menos desapercibido es su pintura exterior de camuflaje, que ciertamente, en el desierto no sería decoración la que mejor se camufle entre las dunas, pero en otros entornos sí que puede ser más útil.
El kit de carrocería además está realizado por Mansory en fibra de carbono, y además, cuenta con un frontal rediseñado con una nueva calandra con el logo del preparador, además de cuatro tiras de LED que hacen las funciones de luz diurna. El capó también es personalizado y como puedes ver cuenta con una entrada de admisión a modo de chepa en su parte posterior con un aspecto ciertamente discutible.
Pero dicho kit también lleva consigo un ensanche de carrocería de 80 mm adicionales, al que le acompañan unas llantas de aleación de 22 pulgadas multiradio con neumáticos 305/35. Su habitáculo cuenta con cambios más bien enfocados al refinamiento, donde como podemos ver, se ha rediseñado gran parte del salpicadero para que ahora la pantalla del anvegador vaya integrada, cambiando además los colores y tapicerías por una mezcla entre cuero y alcántara.
El propulsor V8 de serie entrega 544 CV y 760 Nm de par y ha sido debidamente propulsado hasta los 840 CV y 1.000 Nm de par y que requiere de una modificación sustancial de los internals del motor, incluyendo cigüeñal, escape personalizado, así como bielas, pistones y casquillos forjados.
Su precio es de nada menos que 770.000 euros. Una aunténtica animalada al alcance de muy pocos que lo harán de una preparación aún más exclusiva si cabe a nivel mundial.