El Volkswagen Golf -especialmente en generaciones veteranas- es una excelente base para preparaciones y swaps de todo tipo. Podríamos decir que sería algo así como el equivalente al Honda Civic (otro de los coches que a nivel mundial goza de incontables preparaciones), pero en terreno alemán.
Lo que hoy te presentamos en una unidad a la que muy pocos coches son capaces de batir. No es para menos: cuenta con nada menos que 1.233 CV, es decir, más potencia que por ejemplo, un Bugatti Veyron. Y todo eso, bajo un caparazón muy ligero como es la base de un MK2, aunque con todos los refuerzos y modificaciones necesarias para que no se retuerza el chasis en cada acelerón.
La base mecánica es un 2 litros de 16 válvulas al que se le ha instalado un turbocompresor Garrett GTX4202R soplando a 3,4 bares y cuyo motor es capaz de subir hasta las 9.000 rpm. Evidentemente, todos los internals han sido modificados, reemplazándolos por componentes forjados y de mucha mayor resistencia para soportar la nueva potencia de la preparación.
Va alimentado por E85 -si se desea lograr a la potencia que comentamos- y asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades cuya potencia reparte al suelo a través de la tracción 4Motion AWD junto con unas llantas Porsche de 17 pulgadas con neumáticos Toyo R888 en medida 205/40 para digerir adecuadamente la potencia con el asfalto.
Pero lo más espectacular son las cifras que arroja: de 100 a 200 km/h en tan sólo 3.03 segundos, con una velocidad máxima por encima de los 300 km/h. ¿Quién se atreve a toserle?