Opel ya se encuentra probando los primeros prototipos por carretera abierta de lo que será la nueva generación del Insignia. La actual generación lleva en el mercado desde el año 2008, aunque ha recibido una serie de actualizaciones para ir mitigando el pasos del tiempo por sus carnes, pero es evidente que su veteranía empieza a resultar evidente. Pese a todo, el Insignia fue un producto que supuso un gran paso adelante en calidades y aspecto visual frente al Vectra, y la segunda generación seguirá en esta senda.
El primer «problema» que atajará será el del peso. Opel era uno de los pocos fabricantes generalistas que pese al elevado peso de muchos de sus modelos frente a los de la competencia, aún no se había puesto en serio a ponerlos a dieta. Con la recién presentada nueva generación del Astra, ya han demostrado que los kilogramos son ya parte de su lista de prioridades a atajar, un camino inescrutable de cara a lograr mejoras en eficiencia y comportamiento. En el caso del nuevo Insignia, la pérdida de peso podría ser de hasta 130 kg, en función de la versión elegida.
De acuerdo a las informaciones de Car, la nueva generación también experimentará un aumento en la distancia entre ejes de 10 centímetros, algo que beneficiará principalmente al espacio para las piernas de los ocupantes de las plazas traseras. Por otra parte, en esta ocasión sólo llegaría con dos carrocerías: familiar y cinco puertas, suprimiendo de esta forma la versión de cuatro puertas.
Su diseño podría ser también uno de sus grandes affairs, dado que heredaría muchos rasgos del prototipo Monza Concept presentado en 2013, mientras que su interior, incorporaría una pantalla de mayor tamaño en su habitáculo acompañada de un sistema Head Up Display.