Con unos vinilos radicales, un kit aerodinámico bastante prominente y unas ruedas francamente enormes para soportar tal par, el Mini Cooper S ABF se presenta como, sin dar ningún rodeo, el Mini más rápido del mundo.
Con un total de 650 caballos y tan sólo 795 kilos, el preparador ABF ha conseguido que tanta brutalidad a las ruedas delanteras consigan que este inglés haga el cuarto de milla (402 metros) en tan sólo 10.48 segundos, con una velocidad de nada más y nada menos que 216 kilómetros por hora.
Para conseguir tal hazaña se ha usado un intercooler y un turbo Garrett de, cómo no, dimensiones descomunales. Con tanta tecnología está claro que con tales prestaciones difícilmente podría conseguir algo fuera de una pista recta, pero un comienzo es un comienzo.
ABF tiene en mente variantes de calle que presentará en el SEMA Show, pero francamente, es muy difícil que el preparador consiga llegar a tales extremos con un Mini habilitado para la calle.
Vía: Motor Authority
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