Mercedes-Benz presentó el AMG GT este año pasado como el súmmum de la marca alemana. Un coche muy superior al SLR McLaren en todos los aspectos a pesar de estar posicionado en un sector inferior y también con un abanico de precios más económico. Un coche con el que la marca de la estrella abarcará a lo largo de estos años un cupo de mercado importante y sobre todo, versátil. Acercándose bastante al concepto del Porsche 911 y eso sí, tocando techo en un punto muy cercano al del futuro 911 GT2 RS, en el caso de que los de Stuttgart lo comercialicen en esta ocasión.
La marca alemana ha confirmado que no tiene planes para entrar en el sector de los superexóticos, es decir, no competirán directamente con rivales como el McLaren P1, el Porsche 918 Spyder o el LaFerrari. Alegando que es un mercado no tan interesante como pueda parecer, confirman así los planes para continuar adelante con el AMG GT y las versiones de alto rendimiento que veremos de aquí a que finalice la década. El primero de ellos, el AMG GT3 road legal, será el primero… pero obviamente, el AMG GT Black Series será el líder. Y el que superará los 600 caballos.
Conceptos diferentes
El Mercedes AMG GT3 road legal será similar en concepto y capacidades dinámicas al Porsche 911 GT3 RS. Cercano a circuito, una potencia no demasiado elevada respecto al AMG GT y un nivel de equipamiento y una carrocería que se asemejará a la de un coche creado por y para los amantes de los trackdays. El AMG GT Black Series, por otra parte, será el máximo exponente en deportividad y capacidades prestacionales del exótico alemán, superando los 600 caballos y cumpliendo con la filosofía Black Series al detalle. Será el más rápido de la casa, y lo más cercano que podremos adquirir en Mercedes si buscamos una alternativa al 918 Spyder de Porsche, por ejemplo.