Fruto el nexo de colaboración entre Toyota y BMW, veremos al sucesor del actual BMW Z4 que en este caso volverá a sumar una cifra a su número actual, tal y como hizo en su día con el Z3. Ahora bien, ¿qué esconde ese número de más? No pocas novedades, desde luego.
¿Cuál es la más llamativa a nuestro modo de ver y de la que posiblemente te hayas percatado? Sí, efectivamente, ¡vuelve el techo de lona! Mientras que el Z4 que aún se comercializa apostó por el techo duro retráctil tal y como venía haciendo su rival el Mercedes SLK, la generación anterior contaba con techo de lona.
Esto hizo que el actual modelo creciera de tamaño, complejidad mecánica pero además también de peso, además de perder la pureza de un roadster, aunque tampoco vamos a negar las claras ventajas que ofrece una capota dura retráctil, como es el mayor aislamiento y menos vulnerabilidad a ataques externos. Ahora bien, tanto el Z3 como el Z4 de forma opcional podían contar con un hardtop (techo duro) desmontable que es fácil que veamos también como opción en este nuevo modelo para aquellos que van a pasar largas temporadas sin descapotarlo.
Tanto el modelo de Toyota (el nuevo Supra) como el BMW Z5 emplearán la misma plataforma con el ahorro de costes que supone para ambas (especialmente beneficioso para BMW dada la baja demanda con la que cuentan actualmente este tipo de vehículos), si bien, contarán con un aspecto radicalmente diferente y una gama de motores que tampoco será común. En el caso del BMW Z5, es de esperar que como mínimo encontraremos motores de seis cilindros en línea sobrealimentados y no descartaríamos incluso la vuelta de una variante M, tal y como conocimos en el Z3 o Z4 de primera generación. De la misma forma, que si ahora vuelve al techo de lona, también podremos ver la vuelta de la configuración de dos carrocerías: Coupé y Roadster.