Hace poco, nuestro compañero Daniel nos acercó los nuevos 718 Boxster y 718 Cayman. Se trataba de dos nuevos modelos dentro de la firma de Stuttgart que homenajeaban al roadster de los años 50-60 precisamente por la característica que compartían en común: el uso de los motores de cuatro cilindros.
Porque pasar de los seis bóxer de seis cilindros en configuración atmosférica a apostar por un dos litros de cuatro cilindros sobrealimentados es un cambio bastante radical (especialmente para los más que bien merece una nueva denominación. Eso sí, el 718 Boxster no aterriza sólo con un escalón de potencia: lo hace con dos. El más accesible es el 718 Boxster que lo encontramos con un 2.0 Turbo de 300 CV, y si queremos algo más picante, podemos optar al 2.5 litros también sobrealimentado pero con una potencia de 350 CV. Puede optar por una caja de cambios manual de seis velocidades o una automática de doble embrague y siete relaciones de doble embrague (PDK).
Pero el 718 Boxster también cuenta con una serie de cambios a nivel de chasis para intentar atraer a aquellos más reticentes a los cuatro cilindros. Para ello, han optado por ofrecer un PASM activo (Porsche Active Suspension Management) con 10mm menos de altura y otra opción que rebaja la altura en 20mm. Los frenos también son más potentes y la dirección afirman que es un 10% más directa.
Estéticamente también incorpora cambios en las tomas de aire que ahora son de mayor tamaño, así como las ópticas delanteras y traseras. El interior estrena un nuevo sistema multimedia ya conocido en el 911, además de un volante que también resulta muy similar al del citado modelo desde el que podemos seleccionar los diferentes modos de conducción a través del botón Sport Response.