¡Por fin! Con la llegada del Salón del Automóvil de Ginebra, la marca alemana de Ingolstadt presente el Audi SQ7 TDI, bautizado por la propia marca alemana como el SUV diésel más rápido del mundo, y con diferencia. Audi presenta el SQ7 con un gran abanico tecnológico que no habíamos visto hasta la fecha en Audi, y nos ponen sobre la pista en torno al futuro próximo de la gama de SUVs de alto rendimiento de la marca. Porque el SQ7 TDI es como poco, verdaderamente explosivo.
Audi introduce un nuevo tipo de compresor eléctrico que funciona en consonancia con dos turbocompresores convencionales posicionados en modo cascada. De esta manera, el SQ7 desarrolla una potencia tremenda además de mantener un lag del turbo ínfimo y junto con la distribución variable que Audi introduce por primera vez en un modelo diésel, apoyar las cifras del alemán con unos registros impresionantes, incluyendo un consumo mixto de 7.4 litros por 100 kilómetros recorridos. ¿Qué te parece?
Un ocho cilindros muy poderoso, y muy versátil
Apto para todo tipo de caminos, el Audi SQ7 porta en el vano motor un nuevo bloque V8 TDI de 4.0 litros que poco tiene que ver con otros bloques similares de Audi. Está desarollado prácticamente desde cero, y combinando los dos turbocompresores y el compresor eléctrico, la potencia neta que desarrolla es de 436 caballos y 1.000 nm de par. Con estas cifras, acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en 4.8 segundos y la velocidad máxima se fija en 250 km/h, por supuesto, limitada de manera electrónica.
Como apunte interesante, el compresor eléctrico funciona en conjunto con un sistema eléctrico que incorpora una batería que trabaja a 48 voltios, accionando el compresor cuando el ocho cilindros está a baja revoluciones, ayudando así a, en palabras textuales de Audi, convertir el retardo del turbo en historia. No suena mal, ¿no crees?
