Tuvimos ocasión de probar el Audi SQ5, y nos dejó tan buen sabor de boca que nos incitó a probar su hermano pequeño. De hecho, éramos bastante reacios a pensar que un coche así, más allá de correr en línea recta, podía sorprendernos en el plano dinámico, pero nada más lejos de la realidad. Por ello, nuestras espectactivas con el RS Q3 eran totalmente diferentes desde antes de ponernos al volante. Un planteamiento bastante diferente en ciertos aspectos de ambos modelos, pero con unos resultados parecidos.
No es una receta nueva dentro de la gama Q3: ya existía anteriormente el RS Q3, sin embargo, a mediados de 2015 recibió una actualización que elevó su potencia desde los 310 hasta los 340 CV. E incluso, meses después se anunció una versión aún más vitaminada con 367 denominada RS Q3 Performance cuya entrega de las primeras unidades comenzará muy pronto.
¡Ah! Una curiosidad… estamos ante uno de los modelos más potentes fabricados en España, si obviamos deportivos como el GTA Spano y deportivos similares. Su producción se realiza en la planta de SEAT en Martorell (Barcelona) junto con el resto de la gama Q3.
Diseño
Un vistazo a simple vista, incluso al ojo poco entrenado, nos hace percatarnos de que no estamos ante un Q3 convencional ni mucho menos. Y especialmente en el color azul eléctrico de nuestra unidad, que junto con el rojo, realza aún más algunas de las características que introduce en esta variante de altas prestaciones. Además, con el lavado de cara se han instalado algunas modificaciones que establecen aún más diferencias en zonas como su frontal.
El paragolpes delantero es específico, y cuenta con varios elementos que nos resultan bastante llamativo: una inscripción Quattro en la entrada de aire delantera inferior, rejillas de panal de abeja de color negro brillante, así como las tomas de aire laterales de color aluminio mate mate. La vista de perfil suma unas barras laterales en el techo también de color, molduras de acceso laterales en las puertas con la inscripción del modelo, llantas de aleación de 19 pulgadas, además de un alerón trasero en la zaga junto con un paragolpes con difusor trasero y una salida de escape elíptica.
Y sí, esto último a nuestro modo de ver sería mejorable con un sencillo truco: otra salida de escape de idénticas características en el lado opuesto, algo que enfatizaría aún más su deportividad y embrutecería el conjunto.
Ahora bien, en la vista de perfil, algo nos vuelve a llamar poderosamente la atención: el sistema de frenado. Y es que, para lograr detener con éxito los poco más de 1.730 kg que pesa, recurre a unas pinzas de freno de ocho pistones pintadas de color rojo con la inscripción RS y que acompañan a unos discos ventilados, perforados y con los contornos exteriores ondulados, además de ser desmontables en dos piezas y cuyo diámetro de 365 mm.
Habitáculo
El interior del RS Q3 combina tanto la practicidad y versatilidad de los Q3 convencionales, como con los adornos habituales -y no tan habituales- que cabría esperar en una versión de alto rendimiento. Una de las primeras cosas que más nos llama la atención tras subirnos en él, son, principalmente, las inserciones de fibra de carbono que encontramos tanto en el salpicadero, consola central y paneles de puerta, además de los asientos con el logotipo de RS Q3 bordado en la espalda.
Pero no son los únicos detalles disponibles: las molduras de entrada, el volante también es achatado por su parte inferior y la moldura central inferior nos recuerda ante la variante que estamos conduciendo. Si dirigimos la vista unos centímetros más arriba encontraremos también un cuadro de relojes específico con agujas rojas y esferas grises con escalas blancas con tarado a 300 km/h, donde además, en su ordenador de a bordo se nos permitirá computar el tiempo de vuelta al circuito o conocer datos de interés como la presión de turbo o temperatura de aceite. Todo ello, bajo una terminación exquisita.
Procedemos a pulsar el botón de arranque del motor y el MMI (cuya pantalla, en la totalidad de versiones del Q3, no es motorizada y deberemos accionarla a mano) nos saluda con el logotipo de Audi así como el del logo RS Q3. También, el pedalier es de aluminio y el tacto a la hora de manejarnos con ellos resulta bastante cómodo.
La capacidad de carga del maletero es de 356 litros (se mantiene idéntica al resto de la gama), y también, como sucede con el resto de versiones, si abatimos los asientos traseros incrementaremos su capacidad hasta los 1.261 litros.
Mecánica
El motor es ya conocido: modelos como el RS3 Sportback o el Audi TT RS ya lo equipan también. Se trata de un propulsor de cinco cilindros (con su característico sonido), con 2.5 litros de cilindrada, tecnología TFSI de inyección directa y sobrealimentación. El resultado que obtenemos es una potencia de 340 CV a 5.300 vueltas, con un par motor máximo de 450 Nm que nos lo encontramos entre las 1.600 y 5.300 vueltas.
Con el lavado de cara del modelo y el incremento de potencia, también se ha adaptado debidamente a la normativa anticontaminación Euro 6, contando así mismo con el sistema Stop&Start de arranque y parada automática. Y también, fruto de los 30 caballos extra que recibió, logró reducir su 0-100 km/h 0,4 segundos, necesitando tan sólo 4,8, aunque más llamativo resulta que también se ajustara el consumo, pasando de 8,8l/100 km a 8,4l/100 km en ciclo mixto, sirviéndose fundamentalmente de una nueva gestión del motor así como cambios en el sistema de depuración de gases del escape.
La caja de cambios por la que se decanta es únicamente la S Tronic de doble embrague y siete relaciones, que pese a no resultar tan cómoda como una de convertidor de par, engrana las marchas a una velocidad pasmosa. La tracción 4×4 de tipo Haldex multidisco controlado electrónicamente de quinta generación y característica forma también parte de la dotación de serie, y que por su configuración, sabrás que el eje delantero es quien lleva la batuta quedándose todo el par en condiciones normales.
Pero… nos falta lo más importante: su comportamiento, equipamiento y valoración frente a sus principales. Pero eso, dentro de muy poquito con el siguiente capítulo de la prueba.