El Mazda MX-5, a lo largo de sus generaciones, ha contado con un amplio surtido de material aftermarket que le ha permitido dar mucho juego a sus propietarios, pero algunas de las preparaciones han llegado tan lejos como el trasplante de motor a otro más potente. De hecho, en Estados Unidos se pueden ver numerosos MX-5 con motores V8 (sí, le entra en el vano motor) o incluso rotativos.
En su actual generación, ND, debido a su corto tiempo de vida, todavía no se pueden ver muchos swaps de motor, pero ya comienzan a florecer algunas cosas. Los chicos de Flyin’ Miata ya han realizado su primer swap sobre dicha base, al que le han encasquetado el V8 LS3 de General Motors procedente de un Corvette C6 reemplazando así al 2 litros SkyActiv-G que equipaba de serie y acoplándole una caja T56 Termec manual y un diferencial trasero procedente del Camaro SS. Naturalmente, los frenos y barras estabilizadoras han recibido una actualización para adaptarse al nuevo marco circunstancial.
Pero precisamente una de las virtudes es el bajo peso del conjunto, algo que evidentemente con un motor que duplica el número de cilindros aumenta. Aunque no te creas que lo hace de una forma completamente desproporcionada: con los 119 kg que suma su instalación, se queda en 1.175 kilogramos. Teniendo en cuenta que ahora tiene 531 CV, ese aumento de peso no es algo que vaya a suponer un especial lastre al conjunto.
También se ha logrado contener el reparto de peso, mientras que el modelo de serie presenta un 52:48, tras hacer el swap se ha quedado en un 53.4 en el eje delanteor y un 46.6 en el trasero. Eso sí, la conversión no es nada barata: 44.700 euros sin contar el coche, y eso, para la versión light del LS3 con 100 CV menos. Si quieres los 531 CV, deberás pagar 1590 euros adicionales.
