Infiniti ha presentado uno de los motores más revolucionarios hasta la fecha: el primer motor de producción con compresión variable, bautizado con las siglas VC-T en referencia a Variable Compression-Turbocharged. Pero… ¿qué implicaciones tiene un motor dotado de dicha tecnología y por qué resulta a priori tan revolucionario en el enclave actual?
La mecánica en cuestión es un 2 litros de cuatro cilindros sobrealimentado con una potencia aproximada de 270 CV y 390 Nm de par, permitiendo ofrecer algo sin parangón hasta la fecha: el rendimiento de un motor de seis cilindros en v con una gran cilindrada, mientras que de manera paralela, también pone en bandeja un rendimiento y eficiencia más propio de motores inferiores al bloque del que parte, poniendo además de manifiesto una reducción considerable de las vibraciones y los niveles de ruido. Y todo ello, siendo más compacto y ligero que los motores convencionales equivalentes. También permite ser hibridado en el futuro, suponiendo un 10% de mejora adicional sobre su eficiencia y además… ¡es más barato de producir que un diésel que cumple la normativa Euro 6!
Esta tecnología permite regular la altura que los pistones alcanzan dentro del cilindro, para lograr así que la compresión del motor oscile entre los 8:1 -buscando el rendimiento- o hasta 14:1 para lograr la máxima eficiencia y ahorro. Y toda esta regulación se hará de manera automática, desacoplando al conductor de ello y realizándose en base a la conducción y patrones que se estén ejecutando en ese momento.
Por el momento no tenemos mucha más información al respecto más allá de la expuesta aquí. Para conocer todos los detalles en profundidad, tendremos que esperar a su debut en el Salón de París el día 29 de Septiembre. Y para verlo en producción, tendremos que esperar aproximadamente un año, siendo el QX50 el modelo con más papeletas para ser el primer modelo en estrenar esta tecnología.
Mucha potencia para sólo 2 litros de cilindrada. ¿no? Habrá que conducirlo con cuidado…