Land Rover inicia las ventas de la quinta generación del Discovery, experimentando uno de los cambios más importantes de toda su historia generacional, y reduciendo considerablemente su peso total, ya que gracias al uso del aluminio en la construcción de su chasis se han eliminado 480 kg de su peso.
Todo ello manteniendo su capacidad de hasta siete ocupantes con una longitud de 4,97 metros, y para acceder a las plazas traseras lo podemos hacer a través de un botón situado en el asiento o incluso abatir las dos filas traseras a través de un botón de la consola, operación que tarda 14 segundos, pudiendo llegar a hacerse incluso desde la aplicación móvil para que cuando lleguemos ya estén abatidos. Su gama de motores está formada por tres motores diésel que corresponden a los 2.0 TD4 180 CV, 2.0 SD4 240 CV y 3.0 TD6 258 CV (este último de seis cilindros, mientras que los dos primeros son de cuatro), además del motor gasolina de 3 litros, seis cilindros y 340 CV de potencia.
La gama de acabados parte de los S, SE, HSE, HSE Luxury además de una edición especial denominada First Edition coincidendo con su lanzamiento. En el caso de la versión S, que es la más accesible de la gama, tiene una dotación bastante escasa para el precio de partida con el que arranca, ya que cuenta con lo básico e imprescindible: llantas de aleación, ESP, ABS, múltiples airbags, ordenador de a bordo, equipo de sonido y aire acondicionado en lugar de climatizador. Si queremos sensor de luz, retrovisores plegables, sensor de aparcamiento, climatizador automático de dos zonas o sensor de lluvia, tendremos que escalar al acabado superior (SE).