Tras muchos meses de rumores, recreaciones y alguna que otra filtración, Volkswagen presenta la quinta generación del Polo, un modelo que al igual que en sus anteriores generaciones, estará disponible con carrocería de 3 y 5 puertas.
Volkswagen ha trabajado mucho en su peso, reduciéndolo un 7,5% respecto al modelo que sustituye, consiguiendo una mayor agilidad y reduciendo consumos y emisiones. Por si fuera poco, es 32 mm más largo y 32 mm más ancho.
Estéticamente, supone un gran paso adelante respecto al 9N3. Pero, al igual que ocurre con este último, se asemeja mucho a su hermano el Golf. En su parte frontal es donde más similitudes podemos encontrar, sin embargo, en la zaga ya encontramos una trasera mucho más personal, que a algunos les puede hacer recordar al Polo 6N.
En su interior, podemos apreciar una buena calidad aparente, algo de lo que siempre ha presumido el Polo respecto al resto de modelos de su segmento (a costa de tener un precio superior). Destacar que equipará de serie ESP con Hill Hold Control (algo previsible puesto que en el nuevo Ibiza ya era así), reposacabezas activos, anclajes Isofix, entre otros.
En lo que respecta a la gama de motores, es aquí donde nos encontramos uno de los aspectos más interesantes del relevo generacional, y es que por fin cuenta con motores gasolina TSI y diésel por Common Rail. Los motores diésel Common Rail serán los siguientes: 1.6 TDI 75 CV, 1.6 TDI 90 CV y 1.6 TDI 105 CV. Y aunque por el momento es sólo conceptual, también habrá una versión Bluemotion sobre el 1.6 TDI de 90 CV. Por su parte, la gama gasolina se compondrá de un 1.2 con potencias de 60 y 70 CV, un 1.4 de 85 CV y el motor estrella, el 1.2 TSI de 105 CV con el que el Polo homologa con un ajustado consumo de 5,5l/100 km. Algunos de los citados motores podrán equipar una caja de cambios DSG de 7 velocidades.
Vía: Volkswagen