De la misma forma que hay una guerra entre fabricantes por ver quién es el que logra tener una gama de crossovers y SUV más grande, dentro de dicha guerra, se perfila otra en la que ya el número de competidores se reduce considerablemente, pero que a su vez, es cada vez mayor. Estamos hablando de modelos de altas prestaciones y con pretensiones deportivas, algo que hasta hace no muchos años era impensable en carrocerías de este tipo y donde podemos ver como los paradigmas han cambiado.
Una de las marcas por excelencia en este tipo de vehículos y presentes en el panorama décadas antes de que muchas otras se plantearan esa incursión más propia de tiempos modernos es Jeep, quien acaba de introducir el Jeep Grand Cherokee Trackhawk, que nada menos que se sitúa como el SUV más potente del mundo en estos momentos. ¿Bajo qué argumento se parapeta esa definición? Muy fácil: 717 CV. Estableciendo una distancia considerable frente a otros modelos como el BMW X5 M de 575 CV.
El motor es compartido con el del Dodge Challenger SRT Hellcat, siendo el V8 sobrealimentado de 6.2 litros con un espectacular par de 874 Nm. Realiza el 0-100 km/h en tan sólo 3,5 segundos, con una velocidad máxima de 290 km/h, todo ello comandado por una caja de cambios automática de ocho velocidades que reparte la tracción entre las cuatro ruedas y que además también cuent acon un diferencial de deslizamiento limitado.
Evidentemente, la parte ciclo se ha cuidado debidamente para que sea capaz de soportar esa potencia, por ello, cuenta con unos frenos de disco sobredimensionados con pinzas de 6 pistones delante y 4 detrás, en ambos casos firmadas por Brembo, además de suspensión adaptativa Bilstein con cinco modos de ajuste, llantas de 20 pulgadas y neumáticos Pirelli con 295 mm de anchura y 45 de perfil.
Jeep Grand Cherokee Trackhawk
