Si echamos la vista atrás, no ha pasado tanto tiempo desde que McLaren arrancó su nueva etapa en el mercado global con la puesta en el mercado del MP4-12C. Por entonces, hace ya unos cinco años, el MP4-12C se sitúo como un portento en su clase y aunque no debutó aspirando a competir con los más rápidos del mercado, sí que fue un anticipo de todo lo que estaba por venir, y que poco más tarde, culminó con la llegada del todopoderoso P1.
No obstante, con el debut del McLaren 720S, ha quedado patente que el P1 no dejó de ser una fantástica edición limitada de las potenciales capacidades que los de Woking pueden llevar a cabo, y de una manera u otra, la antesala de lo que veríamos -y veremos- en el futuro. Con el 720S en el mercado, y otorgando prestaciones que ya de por sí son de superdeportivo insignia de una marca, toca mirar más arriba y pensar en el competidor del Aston Martin Valkyrie y del Mercedes AMG Project One. Y esto, va a traer cola.
el sucesor del McLaren F1 tendrá bastante en común con el 720S, más de lo que pueda parecer en un principio. El motor será el mismo, un 4.0 litros V8 que en el caso del «nuevo» F1, desarrollará una potencia superior a los 850 caballos. A diferencia de Mercedes AMG, McLaren no optará por el motor que utilizan en la Fórmula 1, apostarán por un motor mucho más holgado, «de calle», y sin las limitaciones que en este sentido, puede llegar a plantear un motor de Fórmula 1 adaptado para su uso en carretera. Combinado con varios motores eléctricos, y un chasis monocasco que también partirá del 720S, la potencia neta quedará por encima de los 1.100 caballos. Sumado a un peso neto inferior a los 1.450 kilos -el P1 pesa 1.500-, nos vamos dando cuenta de lo tremendamente rápido que será el inglés. Todo esto, con un debut previsto antes de que termine la década, a tiempo para estar en línea con rivales directos.