La hegemonía mostrada por los coches diésel en nuestro país se remonta a bastantes años atrás. Una hegemonía, que por otra parte, ha sido aupada fundamentalmente por los fabricantes, que han sido los primeros interesados en dotar de protagonismo a sus motores a gasoil y en generar esa demanda. Pero las recientes restricciones impuestas al diésel por parte de los gobiernos en las grandes ciudades, escándalos como el Dieselgate en los que se han visto salpicados varias marcas, unido a que cada vez resultan más caras y menos rentables dichas motorizaciones, han generado un desinterés paulatino en el mercado que ha ocasionado que en España se produzca un hecho que parecía imposible: que se vendan más coches gasolina que diésel.
En el año 2010, las ventas de diésel en nuestro país tocaron techo al alcanzar un 70,6% de las ventas, y desde entonces, han ido descendiendo de manera tímida hasta llegar a la situación actual, gracias al boom que vienen experimentando los coches gasolina desde hace un par de años. Dando como resultado que en Junio, con un total de 131.797 ventas, el 47,7% de ellos contaba con motor de gasolina, frente al 47,6% que contaba con motor diésel. El resto del pastel se lo reparten entre híbridos y eléctricos con una cuota del 4,7%. Este sorpasso no se producía desde prácticamente hace dos décadas.
Cabe recordar, además, que en el arranque del presente año, diésel y gasolina comenzaron con una brecha de diferencia de diez puntos a favor de los diésel, así que como puedes ver, dicho avance de los gasolina es imparable.
El acumulado de años en términos de ventas registra 667.494 matriculaciones, suponiendo un crecimiento del 7,1% respecto al mismo periodo del año pasado (Enero-Junio). En el mes de Junio, el canal de particulares ha contado con 60.432 unidades, de las 131.000 en total, con un tímido crecimiento del 2,4%, manifestándose un crecimiento mucho más contundente (23,5% frente al año pasado) en el canal empresas, un canal que por otra parte recurre mucho más a las motorizaciones diésel, por lo que si el canal de particulares tuviera mayor peso en el mercado, nos encontraríamos unas diferencias más loables entre las ventas de diésel y gasolina.