Ante tus ojos, la última unidad fabricada del Lamborghini Aventador SV. Una unidad que deja paso a la producción del Aventador S tras las 600 unidades fabricadas. Pero esta unidad tiene algo muy especial y no es precisamente la culminación de la producción del modelo, sino las exigencias de un cliente que ha querido tener una unidad totalmente a su gusto y ha tenido que poner al departamento de personalización de la marca a trabajar duramente.
En concreto, esta unidad comercializada por un concesionario escocés, ha sido adquirida en el color ‘Liquid Metal Blue‘, una tonalidad que no está presente en el catálogo de Lamborghini pero sí en el otra de las compañías del grupo automovilístico al que pertenece como es Porsche. Y es que, este color es ni más ni menos que el mismo que viste también al 918 Spyder. Pero el trabajo no ha consistido únicamente en el cambio de color en sí, sino también en que dicha pintura abarque a otras piezas, como los elementos de fibra de carbono que en el modelo con especificaciones de fábrica no están pintados.
El broche de oro -valga la redundancia- lo ponen unas llantas doradas de dos tono a contraste con el resto de su carrocería. Y pese a que todo esto pueda parecer una labor lejos de ser faraónica (que lo ha sido, puesto que lograr la tonalidad y acabado de dicha pintura es algo bastante complejo al requerir de 12 capas de aplicación), el concesionario además ha afirmado que le ha llevado muchas horas de llamadas por teléfono, noches en vela y numerosos viajes a Italia para lograr el resultado que se puede apreciar en las imágenes y que es el que demandaba el cliente.
Eso sí, todo esto tiene un precio: a los más de 400.000 euros de precio del coche, el propietario ha debido abonar otros 60.000 adicionales para lograr este trabajo de pintura. Dado el desembolso que ha tenido que realizar para el coche, no creemos que le haya costado mucho esfuerzo este desembolso adicional para adecuar su unidad a su gusto…
Vía: Carbuzz