Aunque la producción del veterano Land Rover Defender cesó hace no mucho tiempo, la marca tiene planes para darle un relevo. Sin embargo, resulta difícil imaginarnos todavía cómo encajarán ese relevo, ya que lanzar un modelo que logre conquistar a todos esos usuarios que buscaban un todoterreno rudo, fiable, sencillo y clásico resulta muy difícil de lograr con un vehículo moderno.
De hecho, uno de los primeros cambios radicales que deberán experimentar sus usuarios, será el uso de la misma plataforma sobre la que se aposenta el Range Rover, que hace uso de elementos de aluminio para lograr bajar el peso del conjunto y de esta forma tener más fácil el cumplimiento de las normativas de emisiones. También llegarán a él la gama de motores Ingenium de JLR con cuatro cilindros gasolina y diésel.
Lo que sí que será inamovible será las posibilidades que ofrecerá a nivel de personalización de carrocería, con variantes de dos puertas y techo de lona así como una tradicional de cuatro puertas de techo duro.
Otro de los cambios más reseñables en esta nueva generación será que ahora pasará a tener carácter global, llegando por tanto también a NorteAmérica donde antes no estaba presente -más allá de una importación marginal de Defender que se hizo entre los años 1993 y 1997-.
De acuerdo a las informaciones publicadas por Automotive News, el próximo año deberíamos ver un prototipo del Defender y más tarde, en 2019, llegaría su variante de producción. No serán, en cualquier caso, los únicos cambios en la gama del fabricante británico, ya que también llegarán en 2020 puestas al día para el Discovery Sport y Range Rover Evoque.
Lo conseguirán, circulan muchos diseños bonitos en Google, modernos, pero con el aire característico del Defender «de siempre» . Además para eso están los ingenieros de diseño.