Subaru ha vuelto a introducir en el mercado nipón otra de esas ediciones del WRX STI que lamentablemente no llegaremos a oler en el viejo continente y que llega cargada de una serie de extras que lo hacen cuanto menos interesantes, porque no ahondan únicamente en su estética, sino que van mucho más allá introduciendo también cambios en el plano mecánico de cara a mejorar su rendimiento.
Con una tirada de tan sólo 450 unidades y siguiendo la estela dejada por el WRX STI S207 que conocimos el año 2015 en el Salón de Tokio, cuenta con cambios trascendentales como un techo que prescinde del acero para en su lugar, emplear un panel de fibra de carbono, permitiendo también de esta forma reducir el peso del conjunto así como su centro de gravedad. No es el único cambio: el alerón trasero ajustable roba también gran parte de protagonismo, mientras que en su interior, podemos ver cómo las molduras son específicas.
Sabemos, también, que contará con una suspensión con un tarado más deportivo, sin especificar más detalles. En el caso del S207, hacía uso de una suspensión Bilstein ajustable, así que en este caso deberíamos esperar algo en la misma línea.
De lo que no sabemos todavía es acerca de la potencia de su motor: poniéndonos en antecedentes, el STI S207 ya contaba con 328 CV (eso sí, haciendo uso del bloque de 2 litros en lugar del de 2.5 litros que encontramos en el Type R), así que cabría esperar en este caso un incremento de potencia ligero.
En el Salón de Tokio de 2017 podremos conocerlo en profundidad junto con otros modelos como el BRZ STI Sport o el prototipo Viziv Performance Concept, que se rumorea, sería la antesala del nuevo WRX STI.