Previsto para llegar al mercado a finales de 2019, el Mazda RX-9 se posiciona como el desarrollo más excitante y llamativo que la firma nipona tiene entre manos. Tomando como inspiración el RX-7 y los prototipos de diseño más recientes hasta la fecha, el RX-9 contará con motor rotativo y ojo, porque será potente y espectacular.
No es ningún secreto que durante estos últimos años Mazda ha estado volcada como marca en el desarrollo y ulterior debut de modelos comerciales y más cercanos al mercado generalista. Proyectos de envergadura con el fin principal de aumentar las ventas todo lo posible, y con todo lo necesario para que la firma japonesa sea más y más rentable. La prueba de la incursión del motor rotativo como propulsor de rango extendido para los híbridos, es la mejor prueba de ello. Sin embargo, el Mazda RX-9 está cada vez más cerca, y ahora sí que sí, se postula como un proyecto en el horizonte.
El proyecto que Mazda tiene entre manos es sencillo: un coupé de diseño atrevido y deportivo, de baja resistencia aerodinámica, con motor delantero y por supuesto rotativo. La potencia neta, enclavada entre 400 y 460 caballos, irá en conjunto con un peso neto inferior a los 1.300 kilos. El resultado de todo esto, será un coupé deportivo de altas prestaciones al mismo nivel que otros como el Porsche 718 Cayman, y con la puerta abierta a versiones y variantes más potentes y deportivas.