Era cuestión de tiempo que tras tomar PSA el control de Opel, viésemos un importante tijeretazo de cara a optimizar los costes y de esta forma poder integrar mejor a la firma alemana dentro de la estrategia que está llevando a cabo el grupo francés desde su reestructuración hace algunos años que de momento para lograr beneficios récord, lograr también récords de ventas durante tres años consecutivos y dejar definitivamente atrás la bancarrota que hace años planeaba sobre ellos.
PSA ya ha anunciado que dentro de su plan de restructuración, los futuros modelos de Opel pasarán a emplear plataformas de PSA, incluyendo también motores del grupo, cajas de cambio así como el elenco de tecnologías que hasta la fecha eran heredadas de General Motors. Esto implica por tanto decir adiós a los motores de Opel que habían sido en algunos casos parte de su identidad hasta la fecha, para de esta forma homogeneizarse con el nuevo ADN que portarán.
También tienen pensado introducir Opel en mercados que hasta la fecha, bajo la batuta de GM, eran tabú para la firma o corrían riesgo de canibalizar a otras marcas del grupo. Por su parte, el centro técnico de Rüsselsheim pasará a ser ahora la piedra angular del grupo para la electrificación parcial o total de futuros modelos de PSA, sobre la cual, ya tiene varios proyectos en firme sobre la mesa para los próximos años.
Evidentemente, y aunque lo hagan lo más transparente posible, Opel se enfrenta a un cambio de paradigma donde tiene que cambiar por completo de suministrador principal de I+D que hasta la fecha era GM para pasar a ser en su lugar PSA. Y ello, puede traer muchas implicaciones consigo que no se limiten únicamente al sentimiento que puedan manifestar aquellos que añoraban los Opel de la época GM que ya cada vez irán siendo más parte del pasado.