El año 2017 se ha cerrado con unos datos muy oscuros en lo que compete a los fallecidos en accidentes en carretera: 1.200 personas en 1.067 accidentes, lo que supone un incremento del 3% al registrar 39 muertos y 28 accidentes más que en el año anterior 2016, siendo la peor cifra de mortaldad en carretera desde 2013, y lo atribuyen fundamentalmente al incremento tanto en desplazamientos como en el parque de vehículos.
Pero es aún peor: 2017 es el segundo año consecutivo en crecimiento de víctimas mortales, que rompe una estela de 14 años consecutivos de descensos. Y ya no saben desde la DGT cómo poner coto a ello, por ello van a recurrir a soluciones más tecnológicas y sofisticadas con las que lograrlo.
Para ello, se intensificarán los controles en carreteras con más radares además de la utilización de drones que sumarán a la flota de helicópteros Pegasus de la que dispone la DGT. También pretenden incrementarse los controles de alcohol y drogas por parte de las FCSE, y ya tuvimos una prueba tácita recientemente sobre ello al gastar 14,4 millones de euros con los que aumentar los controles de alcohol y drogas en las fiestas navideñas.
No quedará al margen en esta reforma de calado el examen para el carné de conducir, donde no será posible someterse al examen de conducir sin haber acudido a las clases de autoescuela, además de introducir nuevo material, materias y aprendizaje sobre la conducción de sistemas de ayuda que incorporan los coches de nueva fabricación. Se contratarán además 100 nuevos examinadores y además, para concienciarlos desde pequeños, se construirán 50 parques infantiles de tráfico, todo ello complementado con campañas de comunicación de colectivos vulnerables como peatones y motoristas. Se destinarán además 1 millón de euros a la investigación.
Entre el paquete de medidas que se llevarán a cabo también se incluye la renovación del parque automovilístico español, que es uno de los más veteranos del viejo continente. De lo que no sabemos todavía es si finalmente se modificarán los límites de velocidad, especialmente en carreteras secundarias donde hay mayor concentración de puntos negros.