Desde que llegó el Toyota GT86 al mercado, hemos visto como ha sido pasto de todo tipo de transplantes de motor. Inicialmente, fue con el 2JZ-GTE del Toyota Supra, y una vez logrado, pudimos ver cómo se ha establecido como una base moderna para poner prácticamente cualquier motor, hasta el de un Ferrari tal y como vimos recientemente.
¿Hemos visto todo sobre dicha base? No, pero con esto que te mostramos hoy, aún quedan por ver menos transformaciones si cabe: se trata de un Toyota GT86 australiano al que se le ha transplantado el corazón de un BMW M5/M6, en concreto, ese V10 atmosférico único e inconfundible que únicamente estuvo presente en una generación de ambos modelos durante cinco años.
Y como son bien conocidos los problemas de dicho cambio SMG sobre dicho V10 (y lo costoso que sale repararlo), han optado por hacer un injerto en su transmisión, colocándole la caja de cambios de un M3 E92, que curiosamente, ha dado más problemas su adaptación sobre el chasis que el propio motor en sí, aún pese a que duplica el número de cilindros y tamaño respecto al bóxer original.
Eso sí, pese a eso y al igual que sucede con los LS de General Motors, no implica que sea mucho más pesado que el motor de serie. De hecho, en este caso praticular tan sólo pesa 35 kilogramos más, si bien, se le ha reducido su peso de manera considerable hasta llegar a los 10 kg de diferencia frente a la mecánica de serie del modelo con modificaciones tales como una admisión más ligera.
Y no, el enfoque de su preparación no es para drift, sino para Time Attack. El resultado puedes verlo en vídeo, así que sube los altavoces y escucha cómo ronean esos diez cilindros, porque es poco menos que un canto celestial.