Recientemente te mostramos el Land Rover Defender Works V8, una serie limitada a tan sólo 150 unidades que además de incorporar un motor V8, contaba también con otros muchos cambios que no habíamos visto hasta la fecha en una unidad de producción del modelo ya extinto.
Este no es el único indicador del amor que profesa la marca británica por sus modelos más icónicos o incluso clásicos, donde su departamento dedicado a los clásicos es capaz de dejarte como recién salido de fábrica tu Range Rover. Y este departamento está funcionando viento en popa, conquistando cada vez a los clientes más puristas que quieren conservar en un inmaculado estado sus vehículos de época.
Y si JLR ha encontrado ese nicho de negocio… es evidente que otras compañías pueden explotar las distintas vertientes que puede ofrecer. De ahí nace el Range Rover Chieftain, una unidad parida por Jensen International y para el cual han cogido un Range Rover Classic al que le han realizado una serie de cambios en profundidad para revitalizarlo por completo.
Pese a que se ha mantenido la carrocería, el chasis no es ya el mismo, prescindiendo por tanto de su chasis de largueros y travesaños. En su lugar, le han adaptado el monocasco de un Land Rover Discovery de tercera generación, manteniendo eso sí la suspensión neumática independiente y ajustable.
El motor también se ha reemplazado, bajo el pretexto en este caso de que el motor de casa no es un motor especialmente fiable. Por ello, se apuesta por una mecánica mucho más moderna como es el V8 de 6.2 litros sobrealimentado de origen GM que se montaba en el anterior Cadillac CTS-V acoplado a una caja de cambios automática y del que también se ha heredado el sistema de tracción integral de General Motors.
No contentos con ello, su interior recibe también una profunda revisión para poder hacer un acercamiento a las nuevos tiempos y tecnologías: se integra un sistema de navegación satelital, instrumentación revisada además de una tapicería que se extiende a una gran parte del habitáculo.