Mientras que el diésel sigue languideciendo entre algunas marcas -aún pese a que recientemente parece haber recibido inyecciones extra para seguir manteniéndolo con vida en forma de avances que se catalogan como revolucionarios-, el camino parece estar ya escrito, al menos en Europa, donde a raíz del escándalo Dieselgate, se han endurecido las normativas anticontaminación que afectan a este tipo de motores.
Nissan es la siguiente en dar un paso al frente anunciando que prescindirá de los motores diésel en sus modelos, aunque lo hará de forma escalonada. Para ello, no los suprimirá con carácter inmediato, se hará conforme se vayan reemplazando sus modelos, en cuyos relevos, ya no encontraremos estas motorizaciones.
Esto tendrá también un nexo de unión directo con la electrificación de su gama, donde esperan poder comercializar para el año 2022 un millón de unidades de vehículos eléctricos a nivel mundial, con unas preivsiones de que para entonces, el 40% de sus ventas correspondan a híbridos y eléctricos, llegando al 50% para el año 2025.
No tienen un marco establecido para la retirada de sus motores diésel, si bien, debemos tener en cuenta que el ciclo de vida de un modelo ronda los 7-8 años, por lo que en los modelos de lanzamiento más reciente será en aquellos a los que más tarde le llegue la aplicación de este cambio de rumbo en la estrategia d ela compañía. E incluso, puede que en alguno de sus modelos actuales veamos como ante la inminente entrada de la Euro 6d en un par de años, se despoje a la gama de dichos motores diésel porque no salga a cuenta la costosa adaptación del mismo.
Con esta decisión, Nissan se une así a Toyota, quien ya anunció hace algún tiempo que prescindiría de sus motores diésel en EUropa, a excepción de los vehículos industriales y todoterrenos donde seguirán perdurando todavía este tipo de mecánicas sin fecha de defunción por el momento.