Una de las grandes incógnitas que muchos tuvieron con la adquisición de Opel por parte de PSA versaba acerca del futuro de la división de altas prestaciones OPC, más aún cuando en su catálogo lo más deportivo que encontramos son los Opel Corsa GSi e Opel Insignia GSi. ¿Serían desechados en favor de una mayor rentabilidad? ¿seguirían manteniendo las mismas claves que los vertebraban hasta la fecha? Las incógnitas poco a poco se van despejando.
De acuerdo a CarBuyer y atendiendo a fuentes internas de la compañía, tanto los modelos OPC como los VXR (el equivalente en Vauxhall) sobrevivirán en la gama, y además lo harán recurriendo a algún tipo de electrificación. ¿Quiere decir esto que veremos modelos de OPC 100% eléctricos a corto o medio plazo? No, pero lo que sí que veremos son soluciones híbridas o enchufables que sirvan como apoyo al motor térmico.
Esto además tendrá otro trasfondo, y es que implica que no veremos motores de seis o ocho cilindros en estos modelos, apostando por propulsores de cuatro cilindros sobrealimentados con uno o dos motores eléctricos de apoyo, algo que podría ser especialmente interesante en modelos como el Corsa OPC.
El objetivo de este viraje a al electrificación no es otro que el que llevó en su día a la implantación masiva de la sobrealimentación: poder cumplir con las nuevas y cada vez más restrictivas normas anticontaminación, que han sido en parte los responsables de desplazar fuera del catálogo a algunos de los últimos modelos OPC.
Es probable que esta decisión suponga un incremento trasladado al precio final de sus modelos híbridos debido a las baterías y motores eléctricos, y que en el caso de un hipotético Corsa OPC en esta configuración, pueda situarlo como uno de los más caros de su categoría, aunque lo que nos ofrecerá como contrapartida bien podrá justificarlo.
