El mercado demanda coches con capacidades de conducción autónoma cada vez mayores: es una forma de reducir cada vez más la siniestralidad y permitir que el conductor y ocupantes puedan disfrutar de una conducción más segura y relajada. La carrera entre fabricantes ofreciendo este tipo de sistemas está servida, pero hay un fabricante que ha dicho que no le interesa lo más mínimo ser partícipe en ella.
¿Quién es? ¿por qué? Se trata de Rolls-Royce y el motivo no es otro que el hecho de que la mayoría de sus clientes tienen chófer privado. Y lo ha dicho el propio CEO de Rolls-Royce, Torsten Müller-?tvös, en una entrevista concedida a Car and Driver, quien confirmó que únicamente están interesados en implementar este tipo de tecnología cuando sea totalmente autónoma y no requiera de la intervención del conductor.
El mismo CEO, además justifica su decisión alegando que para sus clientes no tendría sentido una solución intermedia en la cual paguen a un chófer en el que la mitad de su trabajo lo realice el propio vehículo, justificando que sus clientes no tendrían paciencia para eso. Por tanto, esto no es aplicable a otras marcas de lujo que sí que están adoptando estos sistemas pero en los que el conductor es precisamente el protagonista y no dependen de chóferes que conduzcan sus vehículos.
En cualquier caso, no te preocupes porque cuando la tecnología de conducción autónoma esté más avanzada y además la legislación permita su implementación a niveles más elevados de control, pese a no haber coquetado con ella anteriormente, en Rolls-Royce no le faltará tecnología para implementarla en sus vehículos. Bastará, en ese caso, para que tiren del baúl de I+D de BMW Group al que pertenece para llevar a cabo su implementación.