No nos engañemos: los SUV descapotables son vehículos que además de contar con una configuración muy singular en el mercado (muy pocas marcas han apostado por ellos, y de momento a la única que le está saliendo la jugada medianamente bien es a Land Rover con el Range Rover Evoque Cabrio) tampoco es que sean vehículos que destaquen por su utilidad o polivalencia.
Aún pese a todo, Volkswagen anunció hace no mucho que también se animaba a anunciar que lanzará un T-Roc descapotable que llegará al mercado en el año 2020 y que se fabricará en la misma planta de Osnabruck (Alemania) donde también se fabricaba el Golf Cabriolet y actualmente lo hace con el Porsche Cayman y Volkswagen Tiguan. Un anuncio al que muchos de sus clientes no le han encontrado mucha razón de ser, y no son los únicos que lo piensan: el propio núcleo duro de Volkswagen también comparte su opinión.
El jefe de ventas de la marca, Jurgen Stackmann, en una reciente entrevista a Autocar, admitió lo siguiente: «Es el coche que estábamos queriendo hacer. No tiene un gran mercado (tan sólo cuenta con demanda en algunos países), sin embargo, sentimos que debíamos hacerlo».
Sí, como puedes ver y a tenor de sus palabras, en esta decisión parece que se apela más a la pasión que a la rentabilidad. ¿Puede tener algún trasfondo más? Bueno, teniendo en cuenta que gran parte de su gama ha virado hacia crossovers y SUV, este puede ser un modelo icónico con el que poder lograr una mayor visibilidad del T-Roc en el mercado por la vistosidad de esta variante.
No sería de extrañar, por otra parte, que cuando el T-Roc Cabrio llegue al mercado lo haga ya con una actualización del modelo, puesto que el T-Roc llevará ya 3 años en el mercado y estará muy cerca de la renovación correspondiente a la mitad del ciclo de su vida.