A Audi le ha tocado el turno de rendir cuentas ante la justicia por el escándalo ‘Dieselgate’, un escándalo que hasta la fecha ha costado a dicho grupo automovilístico más de 27.000 millones de euros tanto con llamadas a revisión como con los procesos judiciales constituidos, además de las multas impuestas por diversos entes.
El caso de los motores diésel trucados emergió en Septiembre de 2015 tras ser destapado por la Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA) cuando ésta decidió denunciar a Volkswagen, amparándose en que habían instalado este dispositivo de trucaje en 11 millones de sus vehículos diésel, consistente en un software que alteraba los resultados de las pruebas de contaminación a fin de poder esconder las emisiones reales durante las pruebas de homologación.
Ahora, sus cuentas han recibido un nuevo varapalo fiscal con una multa de 800 millones de euros, que ha aceptado tras un análisis exhaustivo y no interpondrá un recurso al respecto, reconociendo así su responsabilidad en el incumplimiento de la supervisión. Es por ello que se trasladará a los resultados económicos del presente año de Volkswagen AG, ya que Audi AG está incluida en los estados financieros.
En el caso particular de Audi, las sanciones han sido llevadas a cabo por el incumplimiento de las normas reguladoras en algunos modelos equipados con motores diésel V6 y V8 vendidos entre los años 2004 y 2018.
En cualquier caso, recordemos que la justicia todavía sigue a día de hoy tratando de determinar los responsables que llevaron a cabo las órdenes para la instalación de dicho software, y el ex jefe de Audi, Rupert Stadler, sigue todavía encarcelado (desde el 18 de Junio del presente año) en relación a la manipulación por el escándalo de emisiones de gases tóxicos.