La DGT continúa extendiendo el uso de todos los medios disponibles a su alcance para la supervisión de las carreteras y poder poner el foco en aquellos elementos que son algunas de las principales causas de siniestralidad en nuestras carreteras. Y aunque en algunos casos, lo hace recurriendo a las nuevas tecnologías (véase con la vigilancia por drones y avionetas), también recurrirá a otros métodos más convencionales.
En concreto, lo que harán será hacer uso de camiones y furgonetas camufladas para controlar el uso de los teléfonos móviles y cinturón de seguridad. Pero… ¿por qué este tipo de vehículos y no otros? La respuesta es bastante sencilla, y es que gracias a la ubicación de su habitáculo, permite de esta forma ver de manera mucho más fácil los habitáculos de los vehículos. De hecho, en algún otro país como Reino Unido ya se hace algo similar, donde han conseguido sancionar a más de 4.000 conductores hasta la fecha en tan sólo dos años.
En cualquier caso, aquí por el momento no se implantará masivamente y se usará de momento Galicia y Castilla y León como incubadoras del proyecto entre Noviembre y Nero con una furgoneta y un camión. Dependiendo de los resultados obtenidos, se decidirá entonces si extenderlo a otras comunidades de manera paulatina.
Ambos vehículos irán acompañados por un coche patrulla, encargado de dar el alto a los infractores y cuyas multas, en el caso del móvil, se sitúan actualmente en la retirada de tres puntos y 200 euros, aunque se pretende aumentarlas hasta los 4 y 6 puntos.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) pone en tela de juicio la efectividad de esta medida, especialmente en carreteras secundarias, recordando además que la Guardia Civil ya dispone de coches patrulla rotulados y camuflados.