Durante los últimos meses, han surgido muchos rumores entre la relación que se estaba gestando entre Ford y Volkswagen, llegando incluso a propagarse el rumor de que pudieran llegar a fusionarse, algo que ha sido desmentido en el anuncio de este acuerdo por el propio CEO de Volkswagen. Sin embargo, sí que han firmado un importante acuerdo en un segmento, que para la firma del óvalo azul en concreto, es clave en muchos mercados.
El acuerdo firmado está focalizado en el desarrollo de una gama de vehículos industriales ligeros, aunque no se han dado más detalles al respecto. ¿En qué se materializaría, entonces? Principalmente, en una nueva carrocería para las veteranas Caddy y Transporter, que cuentan ya con más de 10 años en el mercado -con actualizaciones- y por ello ya piden una renovación completa y profunda.
En principio este acuerdo no está previsto que se extienda a otras áreas, aunque no es algo que se descarte en rotundo por el momento. La razón de por qué han elegido tomar este camino parece clara, por una parte, Volkswagen está totalmente volcada en el I+D de su futura gama de vehículos eléctricos y autónomos, aumentando de 34.000 millones a 44.000 millones de euros el gasto dedicado a ambos. De todos ellos, 30.000 millones irán destinados al desarrollo de la plataforma y motores de la futura gama eléctrica ID además de la puesta a punto de infraestructura.
¿Cuál sería el retorno que obtendría Ford en este caso? Más allá de una reducción considerable de los costes de desarrollo, no parece que al menos de momento haya otra razón, ya que parece improbable que la firma del óvalo azul pueda beneficiarse de parte de la tecnología de electrificación de Volkswagen cuando será precisamente su principal caballo de batalla durante los próximos años y en el que están haciendo inversiones astronómicas.