Ya tenemos entre nosotros al Koenigsegg Jesko, sucesor natural del Agera RS, que ya dejó el listón muy alto y conscientes de ello, en Koenigsegg han trabajado sin descanso para poder relevarlo con la satisfacción de haber hecho un buen trabajo. Como curiosidad, su nombre proviene de Jesko von Koenigsegg, el padre del fundador de la firma.
Sobre la base del ya conocido V8 de 5 litros sobrealimentado, ha sido debidamente refactorizado y mejorado para poder aguantar mayor potencia, como deja patente la incorporación de su cigüeñal plano de 180º que es 5 kilogramos más ligero, además de un sistema de inyección de aire -todavía pendiente de ser patentado- gracias a un pequeño compresor y un depósito de aire en fibra de carbono que inyecta directamente directamente sobre los turbocompresores para lograr que estos no tengan que esperar a los gases de escape en las turbinas y por consiguiente, mitigar el lag en la respuesta.
Si hacemos uso de gasolina convencional, podremos contar con 1.280 caballos, pero si optamos por E85, sube hasta los 1.600 CV con un límite de revoluciones de 8.500 vueltas. El par máximo es espectacular: 1.500 nm, de los cuales, 1.000 ya están disponibles desde las 2.700 hasta las 6.170 vueltas. Y todo ello con una velocidad máxima establecida en 482 km/h.
No menos revolucionaria es la transmisión LST o Light Speed Transmission, multiembrague y de nueve velocidades. Cuenta con nada menos que seis embragues y tres juegos de engranajes, pudiendo hacer los cambios de marcha en tan sólo 20 milisegundos. Resulta mucho más compleja que las vistas hasta la fecha, a costa eso sí de ofrecer una rapidez sin parangón. El peso de la misma, por cierto, es de 90 kilogramos.
Su monoscaco también ha sido sometido a un rediseño, siendo ahora 40 mm más largo y 22 mm más alto con el fin de poder ofrecer mayor espacio en el habitáculo. Recibe un amortiguador adicional en la parte delantera para poder mitigar inclinaciones hacia atrás, acompañando a los ya habituales amortiguadores de ?hlins para la suspensión y un eje trasero direccional que permite girar las ruedas hasta 3 grados en ambas direcciones. El peso del conjunto es 1.420 kilogramos en vacío.
Está previsto fabricar únicamente 125 unidades, con una cadencia de 40/50 por año. Eso sí, su precio será sólo apto para unos pocos, y no precisamente por su limitada producción: cada unidad costará 2,7 millones de euros, impuestos aparte.