El nuevo Toyota Supra ha marcado tendencia. Es el deportivo por excelencia de la marca japonesa y aquel con el que competirán de tú a tú con marcas de reputado prestigio a nivel internacional. De la mano de BMW y la división de altas prestaciones de Toyota, Gazoo Racing, la firma nipona quiere un proyecto sólido y duradero a largo plazo, que aumente el éxito conseguido por el predecesor y la leyenda de los años noventa, y es aquí donde entran novedades muy, muy interesantes.
Toyota no descarta que haya al menos dos versiones y una variante del Toyota Supra tal y como lo hemos visto debutar durante este año 2019. La idea es sencilla: una versión más potente y radical, cercana a circuito, que se complemente con otra de similar potencia pero sin perder un ápice de comodidad y aptitud para el día a día. La primera, la más cercana a circuito, se alzará como un coupé deportivo digno de uso en trackdays y con una motorización más potente y radical que la que porta el modelo estándar, de origen BMW, protagonizado por el ya de sobra conocido 6 cilindros en línea de 3.0 litros y 340 caballos de potencia.
Acompañado de un chasis preparado y optimizado en búsqueda de mayores prestaciones, como suspensión rebajada y endurecida y frenos de mayor diámetro, el Toyota Supra radical y deportivo será una apuesta muy interesante, al mismo nivel que rivales directos como por ejemplo, el Porsche Cayman GT4.
Mirando hacia adelante, también habrá un Toyota Supra Targa, muy similar al Supra a cielo descubierto que vimos décadas atrás, desechando así cualquier posibilidad de un Supra descapotable. Además, para eso ya está el BMW Z4, que es un puro roadster con el que comparte motorización y chasis.
Esperemos que con motor TOYOTA