No poco polémica está resultando en las redes la última adquisición realizada por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil para ampliar su parque de vehículos. Se trata de 85 unidades del Land Rover Discovery con motor turbodiésel SD4 con una potencia de 240 CV, con tracción 4×4 y caja de cambios automática que irán destinados al servicio de patrulla y vigilancia en carreteras nacionales.
No deja de ser curioso que con las ventas de vehículos diésel en caída libre por los últimos movimientos acontecidos tanto en la Unión Europea como en el propio Gobierno de España -aunque ahora hayan reculado su posición al respecto-, la adquisición de vehículos haya sido diésel, si bien es cierto que en este caso cuentan con la etiqueta ecológica C.
La Guardia Civil ha contado tradicionalmente con un amplio número de vehículos todoterreno, y entre las adquisiciones más recientes podemos destacar los Jeep Grand Cherokee, Nissan X-Trail o el Toyota Land Cruiser. Si bien en este caso resulta mucho más polémico debido a que mucha gente no le ve sentido a tener que cargar al erario público la adquisición de vehículos con un enfoque premium cuando vehículos de coste muy inferior serían capaces de desempeñar las mismas funciones.
Estas unidades del Land Rover Discovery cuentan con la decoración externa habitual de los vehículos de dicho cuerpo, además de los sistemas de comunicación y señalización óptica pertinentes.
La entrega de las unidades se ha realizado en Alcalá de Henares (Madrid), estando presente en su entrega Alberto Gurón González (interventor designado por la IGAE), José Francisco Arnedo, (Teniente Coronel de la Guardia Civil), Cristina Ruiz Sánchez (Directora financiera de Land Rover España) y Almudena Pérez Redondo (Representante de la Administración).