La nueva generación del Mercedes Clase A ha estrenado motor turbo de 4 cilindros y 2.0 litros capaz de rendir en guisa máxima nada más y nada menos que 421 caballos de potencia neta a las cuatro ruedas. Esta cifra se antoja más que suficiente y marca un paso por delante importante respecto al anterior 45 AMG que desarrollaba en sus inicios 381 cv. Este motor, capaz de desarrollar tal cifra sin tener que comprometer la eficiencia y fiabilidad, parece tener un destino mucho más amplio de lo previsto.
Desde Mercedes-Benz y AMG confirman que este nuevo bloque motor vivirá más allá del A 45 AMG y llegará a estar disponible en multitud de modelos más de la marca alemana. Todo apunta que la firma de la estrella apuntalará las bases para consolidar la gama AMG 43 con cuatro cilindros en detrimento del V6 de 3.0 litros que portan actualmente algunos como el GLC 43 o el C 43 -en imágenes-. De esta manera, el downsizing practicado sería rotundo y permitiría no solo un menor peso y un consumo de carburante, sino también más potencia y prestaciones.
Mirando hacia adelante, este motor podría incluso servir de base para un tren de propulsión híbrido en algunas motorizaciones. El futuro parece claro y muestra hueco para el nuevo dos litros turbo, pero, ¿hasta cuándo? Porque por pensar, no es la primera vez que Mercedes y AMG hablan de electrificar la gama AMG 53 y apostar por este nuevo motor y un propulsor eléctrico, parece un movimiento interesante. La estrategia podría pasar por aquí, y mantener los AMG 63 con motores V6 que son capaces de igualar la potencia actual apoyándose en un tren de propulsión híbrido. Pero esto ya, son palabras mayores…