Hyundai está trabajando duro y haciendo esfuerzos para ganarse un hueco en segmentos más dinámicos y de mayor carácter deportivo. La principal prueba es el i30 N Project C, que ya te presentamos en MotorAdictos y que incorporaba goodies de tal magnitud como una reducción drástica de peso y un giro notable hacia la búsqueda de mayores sensaciones deportivas y prestaciones. Hoy, toca ir un paso más allá.
No es novedad que la marca asiática está preparando un deportivo puro y duro que se sitúe sobre una base nueva y que no sea una variante de otro modelo existente de Hyundai. El nicho de mercado en el que competir se acentúa y se centra en, entre otros, el Alpine A110, el Alfa Romeo 4C e incluso el Porsche Cayman. ¿En otras palabras? Un coupé deportivo de motor central-trasero que combine la máxima de las capacidades dinámicas de la división «N» de Hyundai junto con una eficiencia y una tecnología que despunte sin tener que llegar a comprometer en gran medida las cifras de consumo.
Las últimas informaciones que circulan en torno al proyecto del deportivo de motor central-trasero de Hyundai ponen el foco de atención en la seria posibilidad de trabajar con el constructor independiente Rimac en búsqueda de proporcionar un sistema de propulsión híbrido que combine un motor gasolina explosivo junto con un motor eléctrico y un pequeño kit de baterías para, en conjunto, obtener cifras de potencia neta muy altas a la par que se gestione ésta de la mejor manera posible y suponga sacar el cien por cien del partido a la mecánica asiática.
La idea, por el momento, está en la mesa de trabajo de Hyundai. No parece una cuestión de decisión sino de tiempo, ya que un modelo de estas características se hace imprescindible para poder competir en el mercado europeo. El bloque motor 2.0 litros turbo de 4 cilindros y con sello de Hyundai, se perfila como el motor gasolina estrella para tal proyecto.
