A nadie escapa que las nuevas normativas de emisiones europeas están poniendo en serios aprietos a algunos fabricantes, especialmente en las gamas más deportivas. Pese a todo, hasta la fecha sí que parecía que Ford tenía una solución pensada para el nuevo Focus RS que tome la base de la actual generación del modelo, y que pasaría por la electrificación parcial del mismo. Pero… ni con esas parece que vayamos a llegar a verlo.
Los últimos rumores apuntaban a que el as en la manga de la firma del óvalo azul consistía en en un eje trasero electrificado gracias a un motor eléctrico, por tanto, el motor térmico únicamente canalizaría su potencia al eje delantero y partiría de la base del 2.3 Ecoboost, mientras que del eje trasero se encargaría el motor eléctrico.
Sin embargo, a nivel de ingeniería esto es una solución muy costosa que choca frontalmente con los planes de recorte de costes que está llevando a cabo en el mercado europeo para poder reducir las pérdidas que están experimentando, y entre los que se incluye un recorte de plantilla de aproximadamente el 20%, junto con la supresión de modelos poco rentables, como son los C-Max, Grand C-Max o Ka+.
Por tanto, en este caso el Focus ST que ya está presente en la gama seguiría siendo la opción más potente de la gama del Focus. Sí, no tiene tracción total ni es tan potente, pero… podría ser peor, ¿no?