Pese a lo impactante que pueda resultar el titular, lo cierto es que a estas alturas no debería sorprender ya: no pocos fabricantes llevan anunciando desde hace años una frenada paulatina en las inversiones en motores diésel, y algunos de ellos han afirmado que su actual generación de motores diésel será la última.
Ahora, el Grupo PSA, ha anunciado que la mayor fábrica de motores diésel del mundo propiedad de ellos y que está ubicada en Trémery (Franica), cesará la producción de estos propulsores de gasóleo y en su lugar producirá motores eléctricos para automóviles.
De hecho, esta decisión fue ya tomada en el año 2019 antes de que PSA se fusionase con PSA dando lugar al grupo Stellantis. Bien es cierto que los motores eléctricos que PSA fabricaba para sus modelos tan sólo suponían el 10% de su producción, pero a medida que van ganando más presencia en su gama, las previsiones es que para 2021 logren producir 180.000 unidades y debería continuar creciendo hasta las 900.000 unidades anuales en el año 2025.
Ahora bien, teniendo en cuenta que los motores eléctricos son mucho más sencillos al componerse de tan sólo una quinta parte de las piezas que podemos encontrar en un motor diésel… ¿qué pasará con los 3.000 trabajadores de la planta de Trémery? Aquí PSA ha anunciado que la reducción que llevará a cabo será de forma natural al no realizar nuevas contrataciones, sin embargo, esta misma problemática se va a poner sobre la mesa de todos los fabricantes en su transición a la electrificación, que en el caso de España se han cuantificado en 40.000 puestos de trabajo que podrían estar contra las cuerdas.